Mediodía de susto en Atocha
Una explosión de gas en una estación de Unión Fenosa pone en alerta a decenas de policías y bomberos
El fantasma de los atentados del 11-M sobrevoló ayer durante minutos por las cercanías de la estación de Atocha. La explosión de gas acumulado en una cámara subterránea de Unión Fenosa justo a mediodía hizo saltar las alarmas y provocó que al lugar se desplazaran decenas de policías y bomberos. La zona fue acordonada ante el riesgo de que se tratara de una bomba, aunque esto se descartó rápidamente. En la suceso resultaron heridos de carácter leve tres viandantes, según un portavoz de Emergencias Madrid.
La explosión se produjo en un habitáculo situado en el subsuelo, que mide 4 metros de ancho por 13 de largo. Se encuentra situado en la calle de la Infanta Isabel, muy cerca de la entrada del metro y las paradas de los autobuses. Se trata una miniestación denominada de empalme, en la que los cables de alta tensión se bifurcan en otros más pequeños. Por causas que todavía no se conocen, se acumuló gran cantidad de gas en esta cámara. El calor y la concentración motivaron que deflagrara y que saltara por los aires el asfalto. "Ha sido impresionante. La calle se ha levantado unos 12 metros y ha habido una gran llamarada. En ese momento, sólo había una o dos personas en la acera", explicó Giovanni, empleado del bar Numar, situado frente a la estación de Atocha y junto al Ministerio de Agricultura.
En la zona se vivieron momentos de muchos nervios tras el accidente
Los empleados del hotel NH Sur pensaron de nuevo en los atentados del 11-M. "El impacto ha sido impresionante, como una bomba, y ha retumbado todo el edificio. Hemos salido corriendo. Enseguida nos hemos acordado de las bombas del 11-M", explicó Raquel Martín, empleada del hotel. "Ha habido mucha suerte por ser verano. Esa zona siempre suele estar llena de autobuses de la EMT y de turistas. Si llegan a estar ahí, se los lleva por delante", añadió esta trabajadora.
La deflagración hizo que la luz se fuera unos segundos, pero enseguida se recuperó el servicio en toda la calle. La zona se llenó de policías de paisano y de bomberos, que acordonaron la zona. Se vivieron momentos de muchos nervios. Sirenas, carreras y muchas comunicaciones por radio. Tampoco dejaban de sonar los teléfonos móviles. Todo era incertidumbre ante el riesgo de lo peor. Justo por debajo pasa la línea 1 del metro y a poca distancia se encuentra la estación de metro de Atocha-Renfe. "Nos ordenaron que nos metiéramos de inmediato en el hotel y que no dejáramos salir a nadie hasta que supieran lo que había pasado", explicó José Antonio, otro empleado del NH.
Todo quedó en el susto. Salvo para tres viandantes. Dos eran una pareja de turistas italianos de unos 30 años que resultaron alcanzados ligeramente por la onda expansiva. El tercer afectado fue un hombre de mayor edad, que sufrió una crisis de ansiedad. Los tres recibieron el alta en el lugar, según fuentes del Samur-Protección Civil. "Es más, alguno de ellos no quería ni ser atendido", explicó un portavoz del Samur.
Los bomberos se encargaron de limpiar y sanear la zona. El tráfico quedó reducido a tres carriles en ese punto, pero no se produjeron problemas de circulación.
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