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Reportaje:música

La 'espantá' de Chuck Berry

El músico suspende sus conciertos de Estepona y León por una pelea familiar

Ha sido lo que se llama un plantón en toda regla. De esos que sólo algunas estrellas del rock pueden permitirse. En el aeropuerto de Málaga, dos limusinas esperaban el pasado sábado a las 21.00 a Chuck Berry, leyenda -y "arquitecto", según el mismo- del rock and roll. Todo estaba preparado para su concierto de esa noche en Estepona junto al también clásico bluesman John Mayall. A Berry le esperaba una lujosa suite en un hotel de cinco estrellas y una plaza de toros casi llena con 3.300 personas, muchos extranjeros, que habían pagado 40 euros de entrada. Pero ningún negro de casi dos metros, figura desgarbada y ojos saltones apareció por la salida de viajeros del aeropuerto. ¿Dónde estaba Chuck Berry? Los organizadores del evento llamaron entonces alertados a Manchester (Reino Unido), donde el músico había actuado la noche anterior. La respuesta al otro lado era directa e inamovible: "Chuck Berry cogerá el avión, pero no con destino a Málaga, sino a Chicago. No habrá concierto". Así, sin más explicaciones. Fue el propio Mayall el que comunicó la suspensión justo antes de empezar su concierto. En ese momento se enteraban de la noticia en Carracedelo, la pequeña localidad de León donde Chuck Berry también tenía previsto tocar el domingo. Allí tampoco se pudo ver su famoso baile del pato.

"Cogerá el avión, pero con destino a Chicago", dijeron a los organizadores
La culpa es de una discusión con su hija momentos antes de viajar a Málaga

Pero no han sido la salud ni la avanzada edad del músico -está a punto de cumplir 82 años- las culpables de la espantá, sino una acalorada discusión con su hija momentos antes de coger el avión a Málaga. La razón: ella no dejó conducir a papá a más de 200 kilómetros por hora por las carreteras británicas. Lo que derivó en "fatiga mental", según el comunicado del artista. Bien conocida es la afición del mito por la velocidad. Hace dos años, durante su visita a España, se le pudo ver conduciendo su propio Cadillac por toda la geografía. De norte a sur.

Las empresas organizadoras de ambos eventos se plantean ahora demandar al músico y prometen devolver la parte proporcional de la entrada en los puntos de venta. Pero recuperar los 72.000 euros que Chuck Berry ha cobrado por adelantado (el 50% al firmar el contrato y el 50% restante un mes antes del concierto) se puede convertir en un largo y difícil proceso de tres años. "Eso si no se muere antes", aseguraban ayer desde Br Music, responsable del concierto de Estepona, que también explicaban su decepción gráficamente: "Ha sido para mear y no echar gota. No tuvimos tiempo de reaccionar. Nos enteramos de que no vendría una hora antes y porque, al ver que no aparecía, llamamos nosotros, si no, todavía podríamos estar esperando".

No es la primera vez que Berry suspende un concierto en España. A principios de julio, el más famoso intérprete de Johnny B Good, Roll over Beethoven o Maybelline aplazó su actuación en Córdoba a causa del fallecimiento de su hermano.

Tampoco sería la primera vez que el pionero del rock se enfrente a la justicia. Su biografía está repleta de encontronazos con la ley. Chuck Berry no sólo inventó el rock and roll, sino también sus excesos, mucho antes de que a otros les diese por arrojar televisores desde los hoteles. En los años setenta, Chuck Berry fue condenado por evasión de impuestos. Ya antes había cumplido condena por atracar una barbería y en los noventa tuvo que pagar una multa por vouyeurismo, que practicaba en los servicios de su propio restaurante. El mito viviente ha lucido siempre con orgullo su crápula personalidad. Hasta su amigo y discípulo Keith Richards conoce las malas pulgas del genio. Se cuenta que una vez echó del escenario al guitarrista de los Stones cuando éste pretendía darle una sorpresa al maestro y salir a tocar con él. Genio y figura, seguro hasta su sepultura.

Chuck Berry, durante un concierto en el auditorio de Castellón el pasado mes de marzo.
Chuck Berry, durante un concierto en el auditorio de Castellón el pasado mes de marzo.ÁNGEL SÁNCHEZ

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