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Crónica:FUERA DE CASA | OPINIÓN
Crónica
Texto informativo con interpretación

Mar Flores y los deportes olímpicos

Si el tiempo se midiera por olimpiadas estaría a punto de vivir mi decimocuarta. Soy, según Protágoras y el poeta González Iglesias, de lo mejor que le puede pasar a unos Juegos Olímpicos;soy un contemplador. Ni negociante, ni atleta; soy el que mira. Me gusta mirar los Juegos, y mirar a las olímpicas. Soy un destacado deportista, un olímpico, en la competición de saber mirar. Es mi deporte preferido, incluso más que sudar con la Wii. Nunca participé de la alta competición, ni de la pequeña; ni fui gran deportista, ni pequeño. Nunca pude ser como aquel Henry de Montherlant, tan extraño y contradictorio, leído en seminarios y entre libertinos. Descendiente de catalanes franceses, gran deportista -100 metros en 11 segundos- y capaz de matar toros o de vencer las heridas de un obús. Curioso personaje que supo componer versos latinos y hacer literatura con bestias y seres humanos compitiendo olímpicamente. De él hablaré estos días con Eduardo Arroyo, maestro olímpico del mirar y pintar, en su valle de Laciana mientras ponen la música Rosa Torres-Pardo y sus amigos. Reconforta volver al mismo deporte de todos los veranos. El mismo rito pagano y espiritual.

Ni negociante, ni atleta, soy el que mira. Me gusta mirar los Juegos, y mirar a las olímpicas

Empiezan las vacaciones. El cuerpo se prepara para mirar los Juegos Olímpicos desde un televisor en la ría de Aldán. También hay que beber los ribeiros de Cuerda y Javier Alén, y preparar una merienda para las horas de pan y circo. El pan es de la panadería del padre del centauro, del olímpico David Cal. Al que González Iglesias, poeta de ejercicios varios, dedica uno de sus olímpicos poemas. Épica con piercing, chándal y el rock urbano que Cal escucha en su MP3. Hace tiempo que las epopeyas y los héroes son historias de televisión. Les vemos cuando reciben la medalla, ondea la bandera, suena el himno, nos ahorramos la letra y llega el momento de ser felicitados por los Reyes: "La Reina y el atleta, aturdidos, despiertos, / intercambian saludos de animales insólitos, / de especies protegidas por la Europa ecológica".

¿Qué hará con su cuerpo Mar Flores? ¿En qué ocupa su tiempo mientras sus compatriotas sudan y se esfuerzan por unos minutos de televisión y de gloria? Soy uno de los menos expertos en Mar Flores. Creo que interpretó, tirando a mal, una película de Bardem que había sido idea de Manuel Vicent. Que trabajó en alguna serie. Que tuvo amores, o lo que fuera, con algunos hombres de muchos metros de eslora. La encontré en un restaurante, sin maquillar, sin hombres, sin hablar demasiado -algo de barcos, creo-, y comprendí que la belleza es un don de dioses. No sé bien de cuáles, últimamente no se dejan ver. Soñé con ser olímpico y caer en brazos de la mujer madura. El olímpico era yo y la bella madura era Mar Flores. Necesito unas vacaciones. Alucino.

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