Nadie echa el lazo a Messi

Superior por definición, el Barcelona doblegó al Dundee por oficio, por persistencia y por Messi, al que no hay quien le eche el lazo. Diabólico en su arranque y sublime en los recortes, rompe caderas con una habilidad pasmosa. Pero hasta que el argentino hizo su aparición el Barça se tropezó con la fuerza bruta del Dundee, más pendiente de tapar huecos que de jugar al fútbol. Pero tanto Messi como el cansancio lo reventaron.

Durante toda la semana en Saint Andrews, Guardiola se ha desgastado en corregir y enseñar a sus jugadores cómo deben jugar defensivamente. Las coberturas, los marcajes, el segundo en el que el central debe salir a robar el cuero -justo cuando el balón echa a rodar en el pase-, el instante en el que se provoca el fuera de juego o la basculación... Todo eso, aliñado con una presión adelantada y una coordinación exquisita para lanzar la trampa del fuera de juego. Muchos conceptos, aún sin asimilar, que tienen el objetivo de recuperar pronto la pelota para gobernar los partidos. Se trabaja, entonces, el aspecto defensivo para desarrollar las pulsaciones ofensivas naturales del equipo. De ahí, los defensas de Guardiola: Alves es un todoterreno que encara el carril sin complejos, Márquez y Piqué sacan la pelota como los ángeles, Martín Cáceres corre que se las pela y posee una técnica notable y Puyol y Abidal guardan la posición para equilibrar la línea. Pero ayer no salió redondo del todo porque el Dundee, en la primera mitad y mientras las piernas le aguantaron, hizo un ejercicio defensivo tan aguerrido como efectivo.

Al principio, sólo los robos de Alves en campo contrario y la conducción de Keita hasta que le salían dos rivales al paso y mezclaba con el volante, propiciaron ocasiones de gol. Pero Bojan, diluido, y Henry, que sigue adormilado, sin frescura y perdido por mucho que Guardiola le ponga de delantero centro, no atinaron en los últimos metros. Hasta que, en el segundo acto, apareció Messi, escogido como el mejor del partido. No sólo gobernó el carril derecho, quebró a cuantos le salieron al paso y puso el punto y final al ataque del Barça, sino que logró un triplete con goles de bella factura. Se basta y se sobra él solito. Lo atestiguó el Dundee, que tenía pensado el partido para sofocar al Barça, pero no alcanzó a idear una estratagema para detener a Messi.

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