Harrington deja la jarra en casa
El irlandés, que en 2007 venció a Sergio García en el desempate, gana su segundo 'British' seguido y el español es 51º
Llegaron juntos, como nobles rivales, al hoyo 18. Y no se sabe si la ovación fue mayor para Greg Norman o para Padraig Harrington. Bajo el viejo reloj del club Royal Birkdale, El Tiburón australiano embocó el último putt y acabó tercero el Open Británico de golf después de llegar a la última jornada como el líder más veterano de un torneo del Grand Slam con 53 años. Norman había viajado a Southport para preparar el Open senior de esta semana en Escocia, pero, de golpe, rejuveneció dos décadas y disputó el título hasta el final contra su compañero de ronda. Harrington dejó la jarra de plata en casa con su segunda victoria seguida en el British, un doblete con el que a los 36 años igualó a gente como los estadounidenses Bobby Jones, Arnold Palmer, Lee Treviño, Tom Watson y Tiger Woods.
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La última jornada de Harrington le convirtió en un líder contundente. Norman perdió su ventaja en los tres primeros hoyos con tres bogeys consecutivos y el irlandés tomó la cabeza acechado por Poulter y Stenson. Su juego apenas dejó fisuras, excepto un bache entre los hoyos 7 y 9. Se recompuso luego y, cuando en el 17 dejó la bola al borde del eagle, el encargado del trofeo comenzó a grabar su nombre en la reluciente plata. Harrington acabó con tres golpes sobre par -es la primera victoria sobre par desde la de Paul Lawrie en 1999-, cuatro de ventaja sobre Poulter y seis sobre Stenson y Norman. Su fortaleza mental le permitió aguantar vivo las primeras jornadas pese a una lesión de muñeca que había puesto en peligro su participación -"si no hubiese sido el Open, habría abandonado", dijo- y su juego en el green, muy seguro, cimentó su triunfo, dedicado a su padre, recientemente fallecido. Harrington paladeó la victoria en los tres últimos hoyos, no como el año pasado, cuando ganó en el desempate a Sergio García tras una remontada agónica.
El Niño, que acabó el 51º a 14 golpes del irlandés, terminó zarandeado por un viento que rasgó las banderas del campo y dio oportunidades a todos. La jornada premió tanto la lectura del green como la del movimiento eólico y la tabla dio un vuelco tras otro. Tan pronto asomaba la cabeza Poulter como Norman. Hasta Chris Wood, un amateur inglés que recordó la aparición de Justin Rose hace 10 años en este mismo campo, sacó pecho. Wakefield y Choi, punteros al inicio, acabaron en el remolino.
García estropeó en la segunda vuelta del día su largo amorío con el Open: seis de los siete últimos años entre los 10 primeros y desde 2005 entre los cinco mejores. En ese pelotón de cabeza se encontraba cuando comenzó a escalar el tramo final. "Pero entonces, en los nueve últimos hoyos, se me ha parado la cabeza y el cuerpo no reaccionaba, no me hacía caso", explicó el español; "imposible pegar un buen golpe". Descarriló cuando llegaba a la meta, pero lo cierto es que en ningún momento se acercó a los mejores. Falló constantemente con el putter, su viejo tormento, y dio síntomas de desconcentración. Cuando en el segundo golpe de ayer dejó caer el palo al suelo -empezó con un bogey- y volvió a lanzarlo de morros en el segundo hoyo, muchos le dieron por sentenciado. Luego se le apagó la luz con tres bogeys y dos dobles bogeys seguidos y ya sólo intentó "acabar". Mientras Harrington, su rival de 2007, luchaba por la gloria, él perseguía fantasmas.
Clasificación final: 1. P. Harrington (Irl.), 283 golpes (+3). 2. I. Poulter (Ing.), 287. 3. H. Stenson (Sue.) y G. Norman (Aus.), 289. 5. J. Furyk (EE UU) y. C. Wood (Ing.), 290. 51. S. García, 297. 70. P. Larrazábal, 301.
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