"Mi primer objetivo es mejorar el coro y la orquesta del Liceo"

Joan Francesc Marco (L'Hospitalet de Llobregat, 1951) encara la dirección general del Liceo, a la que acaba de acceder, con la idea de dar al cargo un perfil de mayor peso artístico del que ha tenido hasta ahora. Armado con cuatro folios que ha titulado "primera hoja de ruta", el nuevo director fija como primer objetivo de su mandato "una apuesta decidida por la calidad", y ésta pasa, en su opinión, por una mejora en las prestaciones de las masas estables, "que dan", escribe, " la personalidad artística de un teatro de ópera". De viva voz añade, más explícitamente: "Orquesta y coro deben mejorar".

De acuerdo con esa nueva orientación que pretende dar al puesto, Marco planea crear asimismo un "consejo de asesoramiento artístico, formado por un pequeño núcleo de profesionales de las artes escénicas y musicales de reconocido prestigio", según se lee en su nota.

El nuevo director creará un consejo artístico formado por profesionales

Pregunta. ¿Cómo será ese consejo y qué funciones tendrá?

Respuesta. Pienso en un pequeño núcleo profesional, tres o cuatro personas como máximo, una del sector de la música, otra de la escena, una de la danza y quizá otra del coro, que se reúnan periódicamente con el director artístico y conmigo, que presidiré el grupo. Considero que Joan Matabosch ha realizado un trabajo magnífico, que ahora se verá enriquecido con las aportaciones de este comité multidisciplinar.

P. ¿Qué otros cambios piensa introducir en el organigrama?

R. Creo que en el actual modelo hay demasiada gente en el comité de dirección. Hay que adelgazar esa estructura para agilizarla y para dar un nuevo empuje a áreas como el mecenazgo, que afronta tiempos difíciles. Este teatro funciona bien, con un modelo propio que no es fácil encontrar en Europa. Recibe aportaciones repartidas entre cuatro administraciones y además están los antiguos propietarios y los patrocinadores con voz y voto en los órganos de dirección. Por patrocinio, este teatro en Europa tiene por delante sólo al Covent Garden, que por este concepto ingresa el 17% del presupuesto. Nosotros estamos entre el 11% y el 12%, a distancia de los que nos siguen. Es, pues, un modelo muy particular, pero que a mí me parece muy positivo.

P. El consejero Tresserras le pidió que apostara por la internacionalización del teatro y por compositores e intérpretes catalanes. ¿Cómo lo hará?

R. La internacionalización es estar en el circuito operístico y el Liceo ya lo está, pero debe estarlo más, mejorando lo mejorable, como la orquesta, ya le decía. En cuanto al patrimonio musical propio, debemos fomentar la investigación histórica y a la vez impulsar la nueva creación. Por supuesto, sin olvidar la tradición del teatro. Se trata de equilibrar estilos en la programación.

P. No tuvo un gran recibimiento por parte del comité de empresa de la casa cuando fue nombrado hace dos semanas. Los trabajadores denunciaban que trabajan a destajo y que temen reducciones de plantilla.

R. Llevo ya dos reuniones con el comité. Este año toca firmar convenio y es lógico que el colectivo exprese sus deseos, incluso que llegue a haber cierta tensión. Pero he podido darme cuenta del alto nivel profesional de la plantilla y de algo más importante todavía: de su profunda implicación con el teatro. Ése es un valor muy importante.

P. ¿Y por lo que se refiere a la sobreactividad?

R. Pienso que el teatro ha alcanzado su mivel máximo de actividad con los recursos humanos y económicos de que dispone. Habrá que equilibrar.

P. ¿Qué otros objetivos tiene?

R. Conocer mejor al espectador. También en esto el Liceo es especial: contamos con 23.000 abonados, una cifra muy alta. Pero sabemos demasiado poco de ellos, tenemos una foto movida. Pondré en marcha un estudio de opinión para saber qué espera tanto el público habitual como el no público, los que no vienen nunca. Somos un teatro público y estamos obligados a dar el mejor servicio.