Nadie da la cara por la Copa
La rescisión del contrato de la 33ª edición no merece ninguna explicación oficial
Ni corrió el champán, ni hubo fuegos artificiales, ni comparecieron sonrientes de la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, la ministra de Administraciones Públicas, Elena Salgado, o el empresario Ernesto Bertarelli, propietario del Alinghi y de America's Cup Management (ACM), que gestiona los derechos de la competición más antigua de vela. A diferencia de lo ocurrido hace un año, cuando se anunció que Valencia era la sede elegida para celebrar la 33ª edición de la prestigiosa regata, ACM aprovechó el fin de semana para cancelar el contrato y hacer mutis por el foro. Bertarelli se reunió el pasado día 16 con la ministra Salgado y le pidió que, pese a la rescisión del contrato ya decidida, mantuviese los beneficios fiscales a los equipos de regatistas y la posibilidad de utilizar las bases hasta final de año.
Bertarelli pidió a la ministra que siguiese el trato de favor a los equipos
En un año se ha pasado de presumir de regatas a pedir sosiego
ACM justificó el pasado viernes en un comunicado su decisión de romper con Valencia para la 33ª edición de la Copa del América por la incertidumbre legal sobre la competición generada por la decisión de BMW Oracle de recurrir el acuerdo del Alinghi con el Club Náutico Español de Vela para fijar las características de la competición.
Ninguno de los principales actores del acuerdo se ha sentido hasta ahora en la necesidad de dar explicaciones sobre la marcha de la famosa regata.
Ayer la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, solo se limitó a pedir sosiego ante la decisión de ACM. No hubo más explicaciones por parte de la alcaldesa.
A continuación se detallan algunas de las principales manifestaciones relacionadas con la 33ª Copa del América.
- El anuncio. El 26 de julio del año pasado se anunció a bombo y platillo la continuidad en Valencia de la Jarra de las 100 guineas, el trofeo que distingue al ganador de la Copa del América. Camps afirmó entonces: "España gana en imagen, eficacia y modernidad. Somos conscientes de que hoy Valencia y España vuelven a estar en el centro de todos los medios de comunicación del mundo". La ministra Salgado indicó: "El apoyo del Gobierno se verá reflejado en inversiones e infraestructuras". Barberá manifestó: "Valencia goza del puerto más bello del Mediterráneo". Bertarelli aumentó el canon de la competición de 90 a 105 millones de euros.
- Los amarres. La alcaldesa de Valencia explicó, tan solo un día después de la fiesta, alguno de los aspectos pactados entre las tres Administraciones y ACM, incluida la gestión pública de los amarres que no fueron negocio en la 32ª edición.
- La presidencia. Septiembre fue el mes de la firma del contrato de las tres Administraciones con ACM para organizar la 33ª edición de la Copa del América. Pero también del pulso entre Rita Barberá y el Gobierno, que como principal pagano (42 de los 105 millones del canon) reclamaba que la presidencia del Consorcio Valencia 2009 fuese rotatoria y no permanente para la alcaldesa como en la 32ª edición. "No recuerdo ningún gran acontecimiento mundial que no presida un representante de la ciudad que lo acoge y organiza", afirmó Barberá. Las diferencias entre Ayuntamiento y Generalitat, por un lado, y Gobierno, por otro, impidieron crear el Consorcio Valencia 2009. Las dos primeras instituciones adelantaron un primer pago del canon y el Gobierno, por prudencia prefirió esperar hasta ver cómo se perfilaba el pleito entre Alinghi y BMW Oracle.
- La incertidumbre. En octubre, ACM empezó a expresar ya sus dudas sobre la posibilidad de que las regatas de la 33ª edición se realizasen en 2009. Barberá dijo que no tendría "ningún inconveniente" en retrasar la competición a 2010. Un mes más tarde se declaró "encantada" con el retraso porque así "Valencia está más tiempo en los carteles".
- Que decida Ernesto. A finales de noviembre, y con la primera fase del pleito ganada por el BMW Oracle al Alinghi, Barberá indicó: "Le corresponde decidir a Ernesto [Bertarelli], vamos a estar a lo que decida". Y reclamó "serenidad y tranquilidad". Adelanto del "sosiego" que pidió ayer, sin dar más explicaciones.
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