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Crónica:VIAJE DE AUTOR
Crónica
Texto informativo con interpretación

Entre unicornios y quimeras en París... con Vargas Llosa

Torres, parques, islas, plazas. El autor peruano nos descubre cuatro rincones en la ciudad del Sena que dibujan un mundo paralelo, poético y fantástico

Mario Vargas Llosa

Yo creo que sobre todas las ciudades tiene mucha incidencia la literatura, pero probablemente las dos ciudades más literarias del mundo son París y Buenos Aires. ¿Por qué París y Buenos Aires? Porque en ambos casos sobre la ciudad física la literatura ha ido superponiendo una ciudad literaria hecha de mitos, leyendas, personajes extraordinarios, acciones heroicas o trágicas o cómicas, que están como impregnando la ciudad real y a veces sustituyéndola.

En el caso de París, por ejemplo, yo no puedo ir a Notre Dame, que es uno de los sitios para mí más hermosos de París, sin ver (y digo literalmente ver), en las torres y techos de la catedral, la figura de Quasimodo o la de la pobre gitanilla, o la del cura depravado; es decir, toda esa capa que la novela de Víctor Hugo, Notre Dame de París, añadió a ese hermosísimo monumento.

Prácticamente no hay calle, parque, barrio o monumento de París que no se asocie a algún poema, a algún autor, a algún libro, a alguna corriente literaria o a un hecho relevante de la vida literaria y artística de Francia.

Esto no crea la belleza de París, que es muy grande de por sí, pero la aumenta.

01 La Tour Saint Jacques

Desde la primera vez que fui a París, en el año 1958, La Tour Saint Jacques me atrajo no sólo por su hermosura, sino también por su misterio. Sólo mucho después supe que desde hacía siglos había toda una corriente espiritualista, ocultista, espiritista, que había hecho de este monumento una especie de templo o lugar de referencia.

La verdad es que cada vez que voy a París inevitablemente me planto al pie de esta torre en la que parece todavía presente esa larguísima historia de peregrinos que a lo largo de siglos, procedentes de toda Europa, hacían una escala allí en su larga peregrinación hacia Santiago de Compostela.

Las figuras que la adornan son ortodoxamente cristianas, pero si las examinas con suspicacia descubres que hay en esos ángeles y en esas gárgolas algunos indicios de la heterodoxia y hasta el satanismo que han visto en ellos a lo largo de la historia muchos teósofos y alquimistas.

02 Jardines de Luxemburgo

Es uno de los sitios más bellos de París, donde se vive de una manera evidente esa manía francesa de urbanizar el campo. Es también uno de los parques más literarios, y yo desde hace muchos años comienzo el día recorriéndolo minuciosamente y lanzando en mi trayectoria un saludo a los grandes maestros que están allí representados en bronce, piedra o yeso. Flaubert, Saint Beuve, Baudelaire, Verlaine, Beethoven, Delacroix, George Sand...

Son incontables las novelas del siglo XIX con escenas en el Jardín de Luxemburgo. Es uno de los parques preferidos por los adúlteros de la literatura, y me imagino que también por los de la realidad. Lo segundo a mí no me consta.

03 Notre Dame y el Sena

Probablemente el espectáculo de los puentes de París sea lo más bello de la ciudad más bella del mundo, que sin duda es París. Ver amanecer o anochecer desde los puentes o contemplar un crepúsculo en el otoño es una experiencia estética inagotable y una de mis grandes ilusiones cuando paso por París.

Los puentes del Sena, las dos islas, la de la Cité y la de Saint Louis, son el centro mismo de la historia de Francia, que comenzó allí; y no se puede pasear por esos lugares sin que toda esa tradición histórica, riquísima, en los siglos en que Francia fue la capital del mundo, no repercuta sobre la memoria y la sensibilidad del paseante.

Por otra parte, la literatura tiene también en esos lugares innumerables manifestaciones. Pasear por los quais es encontrarse con los bouquinistes, esas librerías diminutas donde aún hoy es posible encontrar rarezas, curiosidades, ediciones de bibliófilo y pequeñas antologías de épocas o movimientos culturales de Francia. También se pueden encontrar ahí, en esos quais, grabados, postales, y viejos diccionarios o guías de París.

Para un enamorado no hay un escenario más propicio para pasear del brazo o de la mano con la persona que ama susurrándole al oído palabras tiernas o, como se hacía en mis tiempos, no ya en los actuales, recitándole poemas románticos.

04 Place Paul Painleve

Es una placita diminuta a las puertas del Museo Cluny, en el barrio latino. No se caracteriza, como otras plazas o parques de París, por grandes hechos históricos o culturales. Pero tiene para mí el encanto personal que le da haber sido el primer rincón donde viví en París.

Esta placita era lo primero que veía en las mañanas al salir del pequeño hotelito donde me alojaba, y muchas veces me sentaba allí a tomar notas, a leer, o simplemente a ver pasar a la gente. El Museo Cluny de arte medieval, en mi juventud de lector voraz de novelas de caballerías, era un verdadero paraíso, porque en sus salas pude ver por primera vez las armaduras, las espadas y picas y mandobles, las cotas de malla y hasta los cinturones de castidad, de lo que hablaban esos textos medievales y que hasta entonces sólo había podido imaginar.

En el Museo Cluny se encuentra uno de los más hermosos tapices de Francia, La Dama del Unicornio. Muchas veces fui a contemplar esa obra de arte, que para mí simbolizaba toda la magia de la versión (mentirosa, por supuesto) que dio la literatura de la Edad Media francesa.

Mario Vargas Llosa es autor de La ciudad y los perrosy Conversaciones en la catedral. Su última novela es Travesuras de la niña mala (2006).

Guía

Visitas- Tour St. Jacques. Square de la Tour St. Jacques. Metro: Châtelet (líneas 1, 4, 7, 11 y 14) y Hôtel de Ville (1 y 11). Desde marzo puede admirarse la práctica totalidad de latorre (salvo una porción inferior), tras llevar varios años cubierta de andamios para su restauración. El interior no está abierto al público.- Catedral de Notre Dame (www.notredamedeparis.fr; 0033 142 34 56 10). 6, Parvis Notre-Dame.- Place Jean-Paul II. Abierta todos los días de 8.00 a 18.45; sábados y domingos, hasta las 19.15. Entrada gratuita, al igual que las visitas guiadas en francés e inglés. Las torres se pueden visitar todos los días hasta fin de agosto, de 10.00 a 23.00. La entrada cuesta 7,50 euros.- Jardines de Luxemburgo. 2, Rue Auguste Compte. Metro: Notre-Dame-des-Champs (linea 12). En verano, abre de 7.30 a 21.30.- Museo Nacional de la Edad Media (0033 153 73 78 00 / 0033 153 73 78 16). 6, Place Paul Painlevé. Metro: Cluny- La Sorbonne, Saint-Michel y Odéon. Abre todos los días, salvo los martes, de 9.15 a 17.45. Último acceso, a las 17.15. Entrada, 6.50 euros. Más información en: www.musee-moyenage.fr.Información- Turismo de París (0033 892 68 30 00; www.parisinfo.com).

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