Ramón Tamayo, productor teatral
Creador en la trastienda, fue director del Centro Dramático Nacional
Ramón Tamayo, uno de los productores más conocidos de la escena española, murió ayer repentinamente, en su domicilio de Madrid a los 87 años.
Hermano del también desaparecido y gran director teatral José Tamayo, Ramón Tamayo era especialmente apreciado entre sus compañeros, quienes siempre destacaban de él no sólo su profesionalidad, sino su trato elegante y exquisito y su manera de trabajar discretamente en la trastienda escénica como productor y gestor del Teatro Bellas Artes de Madrid.
Nacido en Granada en 1921, Ramón sacó a flote en muchas ocasiones a la Compañía Lope de Vega, cuando la fundó su hermano en 1946. De hecho, en los comienzos de esa aventura escénica de los Tamayo, Ramón fue en más de un momento el puente entre su hermano y el padre de ambos, cuando surgían conflictos económicos, aunque pronto se convertiría en el empresario que siempre levantaba los proyectos de su hermano, a quien acompañó prácticamente durante toda su carrera.
En una ocasión abandonó su habitual discreto segundo plano cuando, en junio de 1979, el Director General de Teatro Alberto de la Hera nombró a tres profesionales de renombre para sustituir a Adolfo Marsillach en la dirección del Centro Dramático Nacional (CDN): Núria Espert, José Luis Gómez y Ramón Tamayo. Precisamente, cuando le llamaron para ocupar ese cargo, Tamayo estaba preparando una Medea para el Festival de Mérida. Ocupó la dirección del CDN hasta 1981, año en que fue nombrado director José Luis Alonso Mañes.
Ramón Tamayo fue uno de los grandes impulsores de las giras escénicas por América en los años sesenta del pasado siglo, siempre con los espectáculos de su hermano, una costumbre que tuvieron María Guerrero y Margarita Xirgu, que sí las realizaron en las primeras décadas del siglo XX, aunque posteriormente no se siguió con la tradición. Al mismo tiempo impulsó también las giras con El Gran Teatro del Mundo, de Calderón, por las grandes catedrales europeas y fue el primero que promovió una actuación en el Vaticano, entonces ante el papa Pio XII.
En más de una ocasión, Alicia Moreno, actual delegada de las Artes del Ayuntamiento de Madrid, ha declarado ser discípula profesional de Ramón Tamayo, con quien trabajó durante años y de quien siendo muy joven aprendió los intríngulis del oficio de producción escénica.
Durante siete años fue presidente de la Asociación de Productores y Teatros de Madrid y, tras dejar el cargo, fue nombrado Presidente de Honor, a propuesta del actual presidente, Jesús Cimarro, con quien mantuvo durante décadas una estrecha amistad.
Durante casi 50 años fue el alter ego de su hermano José, no sólo llevando la gestión de la Compañía Lope de Vega, sino también estando al frente del Teatro Bellas Artes, espacio que siguió dirigiendo, tras la muerte de su hermano, hasta su jubilación hace tres años.
La capilla ardiente de Ramón Tamayo está instalada en la sala tres del Tanatorio de Pozuelo de Alarcón (Madrid) hasta hoy, martes, que tendrá lugar la incineración a las 11.30 horas.
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