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Reportaje:

"Es un problema mental"

Ante el GP de Gran Bretaña, Lorenzo admite que debe tener más calma y no exigirse tanto tras sufrir cinco caídas de la moto en un mes

Oriol Puigdemont

Como cualquier persona cuando su ordenador se bloquea, Jorge Lorenzo, bicampeón mundial de dos y medio y debutante este año en MotoGP, ha tenido que hacer un reset en su cabeza. Las circunstancias le han obligado. Sus primeros metros como piloto de las motos pesadas fueron de traca. En las primeras tres carreras acumuló tres pole positions, una victoria, un segundo puesto y un tercero. A esas alturas, el novato asustaba por cómo manejaba su Yamaha. Sin embargo, en Shanghai, en la cuarta cita del curso, Lorenzo sufrió un accidente en el que se lesionó los dos tobillos. A pesar de que solventó bien la papeleta -terminó entonces el cuarto y en la siguiente, en Le Mans, el segundo-, el español, de 21 años, comenzó a sufrir accidentes de forma alarmante. En cuatro grandes premios, un mes de competición, rodó por el suelo cinco veces. La cosa no pintaba bien y aún fue a peor en Montmeló, hace dos semanas, cuando sufrió la caída más seria. Un traumatismo craneal le obligó a quedar ingresado en la UCI y le impidió alistarse en la carrera.

"Ha estado en la UCI. Eso hace recapacitar a cualquiera", resume el agente del piloto

"Y la UCI hace recapacitar a cualquiera", dice Dani Amatriain, su agente. "Todo lo que ha vivido estos días le ha hecho reflexionar", asegura; "a Jorge le están pasando cosas nuevas, a las que no estaba acostumbrado. Tiene que calmarse", le aconseja. Algo difícil cuando se circula a 330 kilómetros por hora.

"Lorenzo ha de entender que no era normal comenzar tan bien. Llegar así a MotoGP fue algo inesperado y puede que eso le desconcertara", esgrime Pep Font, psicólogo de alto rendimiento que conoce de cerca a Giorgio. "El mejor ejemplo de control mental es Rafa Nadal. Todos los mensajes que le rodean le dictan que ha de ganar. Pero él no se lo cree. Nadal no es una máquina de ganar, es una máquina de competir", apunta.

En Yamaha prefieren dejar los planteamientos psicológicos al margen y tiran por una vía más pragmática. "Todo lo que le ha ocurrido a Jorge viene del accidente de China", explica Raniele Romagnolli, su jefe de equipo. "Como tenía los tobillos mal, cambiamos la configuración de la electrónica de la moto para que le fuera más sencillo pilotar y nos equivocamos. Ahora hemos vuelto a los parámetros normales para que vuelva a coger confianza. Tiene que ir con calma", razona Romagnolli. Según dictan los tiempos de la sesión de clasificación de ayer, en la que Lorenzo fue penúltimo a 3,5 segundos del más rápido (Casey Stoner), el motociclista se lo ha tomado al pie de la letra. "Es un problema mental", resume Lorenzo. "En este deporte, si tienes miedo a caerte, te pasan todos. Lo importante ahora es terminar la carrera. No tendré vergüenza si lo hago de los últimos", admite.

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