Un tarde descastada de Zalduendo
Los buenos presagios con que se iniciaba la tarde, la expectación para ver al triunfador de las pasadas corridas generales y a uno de los toreros mediáticos del momento se vieron frustradas fundamentalmente por el poco juego de los zalduendos de Fernando Domecq. La ganadería extremeña, triunfadora en la Semana Grande de 2006 ofreció un encierro descastado, falto de fuerza y con tendencia innata a rajarse, características que se unieron a la bondad prototípica de la ganadería.
Si al fiasco ganadero unimos que, sobre todo Cayetano, equivocó en su lote el castigo en varas, dejando vacío el depósito de un sexto toro, que no era un pléyade de fortaleza, la valoración de la tarde es fácil de obtener.
Fermin Bohórquez / Hermoso de Mendoza
Zalduendo / El Cid y Cayetano
Dos toros de Fermin Bohórquez, reglamentariamente afeitados. Cuatro de Zalduendo, descastados, de desigual presentación, blandos y faltos de fuerza. Manejable el quinto que se acabó pronto. Al sexto no se le pudo ver.
Hermoso de Mendoza: dos pinchazos, y rejón entero (ovación); y rejón que quedo algo contrario (oreja).
EL Cid: (De obispo y oro) Estocada en los bajos. (ovación), y estocada (aplausos).
Cayetano: (De verde oliva y oro. Debutaba como matador en Bilbao) Estocada (ovación); y estocada caída (división de opiniones).
Plaza de Vista Alegre. 20 de junio. Corrida extraordinaria por el 708º aniversario de la fundación de la villa.
Manuel Jesús El Cid pechó con un primero oponente de ofensiva encornadura al que recibió con mecidas verónicas en las que el toro dejó bien a las claras que su único pitón potable era el derecho. Tras enfrentarse con el del castoreño, El Cid inició la faena de muleta por la diestra, donde su oponente dejó claro lo incierto de su comportamiento, ante lo que el de Salteras abrevió cerrando su turno con una estocada baja.
Ante el segundo de su lote, el toro más manejable del encierro, Manuel Jesús se lució, en un quite por delantales tras su segunda baja, al que replicó Cayetano, por faroles rematados con una briosa revolera. Prometía el toro, que humillaba más y más largo, pero las dos primeras tandas por la derecha, la primera citando desde los medios, fueron un espejismo. En cuanto el toro vio que se le exigía y se le iba a ganar la batalla, su mansedumbre salió a relucir y terminó rajándose prematuramente como el resto de sus hermanos.
Cayetano Rivera Ordóñez, torero de regia estirpe, en cuyas venas fluye sangre Dominguín, Ordóñez y Rivera por la vía de su padre Paquirri, volvía a la plaza en que se despidió triunfalmente de novillero antes de tomar la alternativa en la goyesca de Ronda.
Recibió a su primero con buenas verónicas. En el primer tercio, se percibió desde el tendido que el toro se colaba por el pitón izquierda. En la faena de muleta, ante un toro que iba y venía sin más interés y que terminó emplazado como un marmolillo. Cayetano interpretó un toreo despegado y hacía el exterior, a la inversa de lo que mandan los cánones, invirtiendo el sentido del toreo. Pasaportó al burel de buena estocada.
En el toro que cerraba tarde, el diestro no hizo gala de lo que se espera de un matador recién alternativado, que, en la más pura teoría debe demostrar todas las tardes la afición por ser figura del toreo. Equivocó el castigo en varas, con una primera vara eterna, que terminó con las escasas reservas del toro. Se excedió en el metraje cuando saltaba a la vista la ausencia de oponente, lo que dividió a unos tendidos que habían demostrado su predisposición al iniciarse el paseíllo.
El triunfador de la tarde fue el rejoneador navarro Pablo Hermoso de Mendoza, quien tras una ardua labor por desemplazar al zambombo que abría tarde, desplegó todos sus argumentos ante el sobrero de la misma ganadería titular, la del también rejoneador Fermín Bohórquez, que sustituyó a su hermano, que se descordó al inicio de la faena.
En su actuación, jalonada de recursos de doma, cortó el único apéndice de la tarde, en la jornada en la que volvía a los ruedos tras la intervención quirúrgica a la que se ha visto sometido, que le impidió comparecer en Madrid.
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