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Entrevista:JOAN CAPDEVILA | Defensa de España | EUROCOPA 2008 | Cuartos de final: España-Italia

"A veces me pregunto qué pinto yo aquí"

Joan Capdevila sonríe. Llueva o haga sol en Neustift, Capdevila (Tàrrega, Lleida; 1984) contagia buen rollo a su paso mientras vive la internacionalidad de una manera ciertamente relajada. Atiende a un chino, luego a un italiano y más tarde a un periodista andaluz sin dejar de sonreír. Disfruta cada minuto de la concentración y transmite ese estado de ánimo en el terreno de juego. En él han empezado tres goles de España, dos de ellos decisivos. Contagia optimismo y avisa: Italia no les parará.

Pregunta. Alguno de sus compañeros ha dicho que mañana quien marque gana. ¿Lo cree?

Respuesta. Si es así, marcaremos nosotros primero.

P. Sorprende tanta seguridad en el mar de dudas del entorno de la selección.

"Llevamos dos años esperando este partido y no tenemos intención de fallar"
"Llegué al fútbol casi sin querer, pero me he esforzado mucho para llegar hasta aquí"
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R. Quien se quiera recrear en que llevamos no sé cuánto sin ganar, en la maldición del 22 de junio..., que digan. Yo estoy seguro de que Italia no marcará y de que ganaremos por 2-0. Nos va a costar trabajo, pero vamos a ganar a Italia, ya lo verá. Los italianos no son invencibles.

P. ¿Sabe cuántos años hace que...?

R. [Interrumpe] Sí, 88, desde los Juegos de Amberes...

P. No, me refería a la última vez que en una competición oficial España ganó a Italia.

R. ¡Claro! 1-0. Gol de Gabri. Estaba Gabri, Xavi, Puyol, Ferrón, muchos de los que estábamos en aquellos Juegos [Sidney 2000] hemos llegado a la absoluta. Y en Italia estaba Ambrosini, Pirlo... Nosotros llegamos a la final. Yo ya he ganado a Italia, es cierto. Pero no es fácil. Ellos sí que tienen la suerte de los campeones. Mire, la última vez, antes de que a Luis Enrique le partieran la nariz, España tuvo muchas ocasiones. Italia ha contado con el factor suerte para llegar a los cuartos. Nosotros nos lo hemos tenido que ganar. A los italianos no les puedes dar por muertos. Conocen el oficio.

P. ¿Cambia la medalla de plata por la final en Viena?

R. No; quiero jugar la final, pero no me ponga en esa tesitura. Por ganarla igual la cambio; por jugarla, no.

P. ¿Ese optimismo en qué se basa?

R. En que estamos jugando muy bien y tenemos un gran equipo y mucha confianza. Sabemos que podemos ganarles. Pero es verdad que para superar al campeón del mundo tenemos que jugar un partido perfecto. Llevamos dos años esperando este partido y no tenemos ninguna intención de fallar.

P. ¿Lo del partido perfecto lo dice por los errores que están cometiendo en el marcaje en jugadas a balón parado?

R. Espero que hayamos aprendido la lección. No podemos repetir esos errores.

P. Y juega Luca Toni. ¿Cómo se le combate?

R. Máxima concentración. En las jugadas a balón parado, máxima concentración.

P. ¿Quién lo coge?

R. Aún no lo sabemos.

P. ¿Y si le toca a usted?

R. A estar atento. Lo mejor es mantenerlo bien lejos del área. Y, si hay córners, ¡espero que le toque a otro marcarle! No; en serio, las jugadas de estrategia implican estar muy atento. Los italianos se las saben todas.

P. Usted también. Lleva diez años en la Liga.

R. Es impresionante. A veces lo pienso y no me lo creo. Sin ir más lejos, el otro día miraba a mi alrededor en la concentración y pensaba: "Tío, si son buenísimos, ¿tú qué pintas aquí? Sí, a veces me pregunto qué pinto yo en la selección, jugando un Europeo...

P. ¿Y eso?

R. Porque estoy harto de ver futbolistas mucho mejores que yo. Pones la tele un sábado por la tarde y hay jugadores en Segunda B espectaculares que no han tenido la suerte que yo. A mí me han tocado con una varita mágica. Soy un afortunado, un privilegiado.

P. ¿Su padre jugó 20 años en el Tàrrega? Le vería jugar.

R. Iba a todos los partidos, en casa y fuera. Tengo imágenes muy buenas: un día que le expulsaron, otro que se sentó en medio del campo protestando una decisión del árbitro... Mi padre era un fenómeno, un caso. Gracias a Dios me he controlado mucho más.

P. ¿Siempre fue defensa lateral?

R. No, yo era delantero. El Espanyol me fichó como extremo. Metía muchos goles, un año marqué 54. Pero, poco a poco, me fui para atrás.

P. ¿Sigue siendo perico?

R. No, fui del Espanyol desde pequeño, pero me obligaron a dejar de serlo. Desde dentro las cosas se ven diferentes. Una cosa es ver el club como aficionado y otra pasar la experiencia que me tocó vivir a mí. Me hicieron mucho daño. Le estaré siempre agradecido porque gracias al Espanyol llegué a Primera. Pero le aseguro que no me han regalado nada. Llegué casi sin querer, pero luego he puesto mucho esfuerzo para llegar hasta aquí.

P. Cuando marca, ¿qué hace con las manos?

R. La T de Tárrega. Va dedicado a los niños del campus de mi pueblo. Un día me pidieron que les dedicara un gesto y me salió eso. ¿Sabe lo mejor que me ha dado el fútbol?

P. No.

R. Tengo una sobrina, de mi hermana, que cuando su madre le pregunta "¿qué hace el tío?", ella grita: "¡Gol!". ¡Y a mí se me cae la baba!

Joan Capdevilla
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