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Crónica:Boston, campeón de la NBA
Crónica
Texto informativo con interpretación

Los Celtics, con todas las de la ley

El equipo de Pierce y Garnett fulmina a los Lakers y vuelve al trono 22 años después

Robert Álvarez

Los Celtics vuelven a ser los reyes de la NBA. Han tenido que batir el récord de partidos disputados en unos playoffs, 26, superar contratiempos físicos como los de Pierce y Perkins, y actuaciones basura, como el propio Garnett calificó la suya tras el quinto partido. Pero 22 años después han vuelto a la cima. Todo tras un duelo legendario y largamente esperado, frente a un rival de lujo, los Lakers de Kobe Bryant y Pau Gasol, que llegó a la cita a todo trapo y al que trituró en la segunda mayor paliza en la historia de las finales: 131-92. Los 39 puntos de margen reflejan su aplastante superioridad en el sexto partido con el que zanjaron la serie. Sólo los Bulls de Michael Jordan habían logrado una proeza similar al ganar por 42 puntos de margen (96-54) a Utah en 1998.

BOSTON CELTICS 131 - L. Á. LAKERS 92

Boston Celtics: Rondo (21), R. Allen (26), Pierce (17), Garnett (26) y Perkins (2) -cinco inicial-; House (9), Posey (11), Brown (6), Powe (8), Davis (3) y T. Allen (2).

Los Ángeles Lakers: Fisher (7), Bryant (22), Radmanovic (6), Odom (14) y Gasol (11) -cinco inicial-; Farmar (12), Walton (8), Vujacic (7), Ariza (3) y Turiaf (2).

Árbitros: Salvatore, Crawford y Rush. Señalaron falta técnica a Doc Rivers.

18.624 espectadores en el TD Banknorth Garden de Boston. Sexto partido de la final. Boston se proclamó campeón de la NBA (4-2).

4º CUARTO

3º CUARTO

2º CUARTO

1º CUARTO

24-20

34-15

31-25

42-32

Especial NBA

La respuesta colectiva ante la adversidad define casi tan bien como su pegada y eficacia al equipo que mejor ha defendido en la Liga. El big three, Garnett, Pierce y Ray Allen, ha sabido sobreponerse a momentos críticos: algunos gatillazos individuales y varios colectivos, como su primera derrota en casa ante los Pistons o su incapacidad para vencer en las canchas de los Hawks y de los Cavaliers. Curiosamente, el mejor equipo defensivo acabó regalando a su afición el título en una exhibición de juego de ataque, con la fantástica colaboración de todos sus reservas, que han cumplido las tareas específicas encomendadas por su entrenador, Doc Rivers, en otro de los muchos aspectos que han marcado la diferencia respecto a los Lakers.

El sexto partido fue un infierno para el equipo de Los Ángeles. No dieron una a derechas. Kobe Bryant empezó a toda pastilla pero se apagó a medida que se dibujó la tremenda superioridad de los Celtics en todos los rincones de la cancha; es decir, a las primeras de cambio. Ni Gasol resistió el previsible y feroz desquite de Garnett tras su flojísimo partido en el Staples Center, ni Odom afinó en el tiro, ni Fisher dio el ritmo adecuado al juego, ni Radmanovic una a derechas, ni los reservas enmendaron la plana.

Lo peor para los Lakers fue su palmaria inferioridad en los indicadores colectivos: ni se sincronizaron, ni corrieron, ni rebotearon como los Celtics. O lo que es lo mismo, son peor equipo se mire por donde se mire. Al menos, en la serie. De ahí ese abismo: 14 rebotes y 14 robos de balón más y 12 pérdidas menos que su rival. Un mundo. Con Garnett a la cabeza, firmando su revancha con 26 puntos y 14 rebotes, Pierce como siempre con 17 puntos y 10 asistencias, Ray Allen en sus números, 26 puntos, y hasta un discreto tirador como Rondo también acertado con 21 puntos, completaron los Celtics una tunda fenomenal. Pierce cerró la serie de su vida siendo designado MVP de la final.

Con tal panorama, resulta lógico que Pau Gasol, el hombre que hizo rebrotar la esperanza de que algo grande podía pasar en Los Ángeles cuando los Grizzlies lo soltaron el pasado 1 de febrero, abandonara el vestuario visitante del Garden con un regusto especialmente amargo y repitiendo una consigna muy clara: "Pasará un tiempo hasta que nos repongamos pero no debemos olvidar el sentimiento que ha provocado en todos nosotros esta derrota". "En el segundo cuarto nos derrumbamos y ellos rompieron el partido. Ellos estaban cómodos y fueron creciendo mientras que nosotros nos hundíamos. Han jugado muy bien y se han merecido el título", admitió.

No tuvo historia el partido que, tras un primer cuarto igualado (24-20), con 11 puntos de Kobe Bryant y un mal arranque de Pierce que hizo un parcial de una canasta en 6 lanzamientos, empezó a romperse en el segundo (58-35) y acabó de quedar a salvo de cualquier duda en el tercero (89-60). No había remontada posible a pesar de las que se habían producido a lo largo de la serie. Pero hasta en eso ganaron los Celtics, que protagonizaron la mayor de ellas en el cuarto encuentro, en Los Ángeles, al superar 24 puntos de desventaja. "Aquello fue determinante", reconoció Gasol. La hendidura por la que empezó a decantarse el playoff. Kobe Bryant se quedó otra vez sin anillo y se despidió con 22 puntos. Sólo Farmar (11) y Odom (14) aguantaron ligeramente el tipo mientras que Pau Gasol, el primer español que disputa una final, se quedó en 11 puntos y 8 rebotes en 32 minutos, en los que evidenció lo justo de fuerzas que llegó al envite del Garden, donde los pívots de casa le esperaban con el cuchillo entre los dientes. Pese a todo, el 16 de los Lakers razonó: "Tenemos margen de mejora. Hay que aprender de los errores. Espero tener más oportunidades de estar en la final".

La paliza en el sexto partido no hizo sino confirmar que los Celtics, 22 años después de lograr su último anillo, vuelven a honrar de la mejor forma posible a sus leyendas, a Russell, a Cousy, a Auerbach, a Bird y tantas leyendas como cuenta, con el 17º título en su historia, de largo, el equipo que más acumula en la NBA.

Los jugadores de los Celtics sostienen el trofeo de campeón de la NBA tras la victoria ante los Lakers.
Los jugadores de los Celtics sostienen el trofeo de campeón de la NBA tras la victoria ante los Lakers.REUTERS
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Gasol marchó la madrugada del miércoles cabizbajo. Los Celtics acababan de pasar por encima de Los Lakers y la oportunidad de convertirse en el primer jugador español en conquistar un anillo se esfumó. Esta es la historia de una noche que Pau jamás olvidará.Vídeo: NBA / SANTI CASTAÑEDA

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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