La ofensiva multilateral de Alierta

"En los momentos difíciles es cuando se ven las grandes compañías". César Alierta, hombre poco dado a excesos verbales, lanzó este apasionado mensaje a los 150 directivos que asistieron a la convención que Telefónica celebró la pasada semana en Praga. "Es la oportunidad de diferenciarnos y de distanciarnos", añadió el presidente de la multinacional española en el triple convencimiento de que la empresa juega en la champion's league mundial y no en ligas pequeñas, de que cumple las previsiones anuales de crecimiento con suficiencia y de que, como consecuencia, se puede permitir abordar nuevos proyectos.

La proclama de Alierta, en el contexto de crisis en el que se mueve el mundo en estos momentos, no deja de ser una clara muestra de fortaleza. Los resultados hasta abril -adelantados por el consejero delegado, Julio Linares, en la capital checa- avalan sus palabras: incremento en torno al 7% (más de 1.700 millones) y del número de clientes, de más del 12% (cerca de 240 millones). A partir de ahí se puede esperar cualquier actuación. El punto de mira de la compañía se dirige a China, Brasil, México e Italia.

De momento, Telefónica está inmersa en la aventura china. Se ha convertido en accionista de referencia de China Unicom, segunda compañía del país (lo que, dadas sus dimensiones, equivale casi a decir del mundo), con el 3% del capital y en la que aspira a obtener el 5% y contar con al menos un consejero. La compañía española comenzó con la entrada en China Netcom, que ahora ha sido absorbida por el otro gigante en respuesta a un plan del Gobierno chino de dejar tres empresas nacionales.

Cambiando de aires, las pretensiones del grupo son crecer en Brasil, donde persigue el 50% que no tiene de la compañía de móviles Vivo (primera del país) y que está en manos de Portugal Telecom (PT). Telefónica se desprendería paralelamente del 10% que tiene en el grupo luso.

Parece cuestión de tiempo y de dinero. Vivo se ha valorado en 6.000 millones, pero PT ha puesto muchas pegas porque no quiere perder presencia en Brasil. El grupo español entró hace ya dos décadas y, además, cuenta con la firma de telefonía fija Telesp, que fusionaría con Vivo en el caso que se consolidara la operación. El interés de Brasil es más que lógico, ya que aporta casi el 40% de la cada vez mejor cifra de negocios de Latinoamérica, donde continúa el interés por México, un mercado dominado por Carlos Slim a través de Telmex y América Móvil, principal competidor de Telefónica en todo el continente con la que pugna por ser líder.

La empresa española, en cualquier caso, puede presumir por primera vez de que sus negocios en Latinoamérica van viento en popa, con todos los países creciendo al mismo tiempo, con una calificación crediticia positiva en sus principales mercados y a un ritmo mucho mayor que los negocios en España y Europa. Algo impensable no hace muchos años, cuando Latinoamérica era el epicentro de las crisis. Telefónica apostó por esta región ya en tiempos de Cándido Velázquez-Gaztelu como presidente, y como dijo el ministro Miguel Sebastián recientemente -"las empresas que apostaron por países emergentes han acertado"-, ahora recoge los frutos y le sirve incluso de catapulta para saltar a Estados Unidos.

La entrada en Asia y el crecimiento de Brasil rompen el equilibrio existente a partes iguales entre España, resto de Europa y Latinoamérica. El cambio reducirá la importancia del grupo en España, donde ha recibido serios varapalos por ejercer su posición de dominio. El último fue el expediente abierto por la Comisión de Telecomunicaciones por frenar la salida de clientes a los competidores Orange y Yacom, filiales de France Telecom.

Por otra parte, aunque es más complicado, no se descarta que Telefónica haga nuevos escarceos en Europa. En el sector vuelve a haber movimientos, con la escandinava Telia Sonera y la holandesa KPN, de viejos recuerdos para la compañía española de los tiempos de Juan Villalonga, en el escenario. Telefónica analizó KPN antes de decidirse por O2, pero desistió. Ahora, el grupo parece conforme con la posición que mantiene en el Reino Unido, Irlanda, Alemania, Italia y la República Checa, a través de la citada O2, Telecom Italia y Telefónica O2 Chezc Republic. Pero le interesa aumentar su presencia en Telecom Italia, donde tiene el 7%.