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EUROCOPA 2008 | La otra mirada | JUEGO DE PELOTA
Columna
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Genio holandés

Soledad Gallego-Díaz

Algunos extranjeros creen que los holandeses son incapaces de hacer nada sin torturarse un poco previamente. Dicen que es la consecuencia lógica de mezclar un estricto moralismo calvinista y un pasado colonizador bastante reciente. Yo, que tuve una corresponsalía en Bruselas y que procuraba alegrarme yendo a Holanda en cuanto podía, a comprar flores en las subastas que se montan los sábados por la mañana en Utrecht, a ver el magnífico puerto de Rotterdam en invierno y con niebla o, simplemente, a merendar profiteroles en alguna barraca de cualquier canal, puedo dar testimonio de que eso no es totalmente cierto. Los holandeses hacen una cosa sin torturarse lo más mínimo: juegan al fútbol. Estupendamente. Holanda tiene una auténtica cultura del fútbol y, probablemente, desde que dejaron de ser los mejores pintores y los mejores jardineros de Europa (allá por el XVIII) es en lo que más han influido. En la segunda mitad del siglo XX, por ejemplo, Holanda hizo que clubes de fútbol de todo el mundo pelearan por comportarse a su imagen y semejanza. Su huella está en el Milan y en el Barcelona. El seleccionador actual, Marco van Basten (en realidad, se llama Marcel) imprimió su huella en Italia y Johan Cruyff en el Barça. A Marco le llamaban la Garza Real (por las piernas tan largas), pero fue Cruyff el que dejó entusiasmado a Rudolph Nureyev.

Sería una pena que quienes son capaces de meter tres goles a la pesadísima Italia se echaran para atrás

La cosa es que para entender Holanda lo mejor es leer un libro sobre su fútbol. En concreto, uno que se llama Brilliant Orange: the neurotic genius of Dutch Football, del periodista inglés David Winner. Da muchas claves sobre el carácter holandés en general. Claro que ahora no les ayudaría mucho a los jugadores que participan en la Eurocopa. La tesis de Winner es que los holandeses siempre terminan echándose para atrás cuando se trata de ganar. Según él, eso es lo que les pasó en la final contra Alemania en 1974: se autoderrotaron. Es un factor sociocultural, parece.

La Eurocopa acaba de empezar, pero, visto lo visto, sería una pena que estos alegres jugadores, capaces de meterle tres hermosos goles a la pesadísima Italia, se echaran para atrás. Su victoria frente a Italia ha sido una de las grandes alegrías del torneo. Yo lo seguí por televisión casi como si hubiera algo muy importante en juego. Para mí, no era Van Basten contra Donadoni. Se trataba de que un país que vota contra las 60 horas semanales consiguiera aguar la fiesta a otro que está de acuerdo con semejantes condiciones laborales. Un primer ministro que se llama Jan Peter Balkenende (sobre el que se bromea por su parecido con Harry Potter) contra otro que se llama Silvio Berlusconi (sobre el que es mejor no hacer bromas). Comprenderán que tuviera perfectamente claro cuáles eran mis colores y quién quería que ganara. Ahora lo bueno sería que la final la jugaran Holanda y España... y que tuviera razón Winner.

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