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El fiscal rechaza que el causante del siniestro de Torremolinos salga de prisión

Fernando J. Pérez

El fiscal de Seguridad Vial de Málaga, Javier de Torres, solicitó ayer que el conductor del todoterreno que el pasado 19 de abril supuestamente causó el accidente de tráfico de Torremolinos, en el que murieron nueve turistas finlandeses que viajaban en un autobús, permanezca en prisión. En una vista celebrada ayer en la Sección Octava de la Audiencia Provincial de Málaga, el fiscal rechazó la puesta en libertad de Jesús Gil Rubio, de 27 años, al entender que persiste el riesgo de fuga. El ministerio público basó esta percepción en la gravedad de las penas a las que se enfrenta el conductor, un mínimo de tres años y medio, según De Torres.

Enfrente, el abogado defensor del conductor, Pedro Apalategui, reclamaba a la Audiencia que revoque el auto de la juez de primera instancia de Torremolinos que ordenó el ingreso en prisión de su cliente el pasado 30 de abril. Apalategui afirmo que fueron las vallas de protección metálicas tipo bionda que delimitan los dos sentidos de la autopista A-7 las que "segaron la vida de las personas" que viajaban en el autobús al entrar en el habitáculo. El letrado afirmó que el "penoso" resultado del siniestro no era "ni querido ni previsible" para su cliente y recalcó que en toda su carrera "es la primera y única ocasión en que se determina una medida de prisión provisional para un delito imprudente".

Mensaje

La sesión de ayer fue corta -apenas 25 minutos- pero tuvo un fondo bastante duro, sobre todo en la réplica del fiscal. "¡Como si las conductas culposas no tuvieran relevancia! Si el resultado [del accidente] no se tiene en cuenta nos encontraríamos con el mensaje de que no pasa nada por matar con el coche", exclamó De Torres, que puso el acento en dos supuestas "conductas dolosas" del Gil Rubio. La primera: el exceso de velocidad. A pesar de la lluvia, el todoterreno impactó a 155,3 kilómetros por hora contra el autobús, lo que provocó el vuelco del vehículo colectivo. La segunda: Gil Rubio conducía con el doble de alcohol permitido.

Respecto a la responsabilidad de la valla bionda, De Torres fue contundente. "Es discutible, por decirlo educadamente, que se achaque la culpa a la bionda. Decir eso es como echarle la culpa a los árboles, a los terraplenes, a los cristales cuando se rompen o al volante cuando se clava por el impacto". "Hay que echarle la culpa a quien la tiene", dijo.

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Sobre la firma

Fernando J. Pérez
Es redactor y editor en la sección de España, con especialización en tribunales. Desde 2006 trabaja en EL PAÍS, primero en la delegación de Málaga y, desde 2013, en la redacción central. Es licenciado en Traducción y en Comunicación Audiovisual, y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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