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Entrevista:Roland Garros

"Nunca me he reído en la pista"

Tras ganar su cuarto título consecutivo de Roland Garros, Rafael Nadal (Mallorca, 1986), se sienta en el restaurante de jugadores junto a una decena de familiares. Hablan en mallorquín mientras los cocineros le piden autógrafos. Junto a Nadal, su hermana con sus zapatillas rosas. Y en sus manos, una gorra azul en la que destacan dos letras que son las iniciales del número uno derrotado: RF. Antes de marcharse a cenar con casi 40 personas al Café de l'homme -la tradicional recepción en la Embajada de Francia fue suspendida por el conflicto que mantiene Nadal y otros tenistas con el presidente de la federación, Pedro Muñoz-, Nadal atiende entre despedidas a EL PAÍS y a The New York Times.

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"La estrategia ha sido la misma: buscar el revés para controlar el punto desde ahí"
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Pregunta. Dice Toni Nadal, su tío y entrenador, que hoy jugó contra Federer de tú a tú. Y que en 2006, cuando jugaron la final de Montecarlo, le pidió ilusión y mentalidad, porque todos los golpes del suizo eran mejores que los suyos.

Respuesta. No es jugar de tú a tú. Son más años, más experiencia y que he llegado jugando a mejor nivel. La estrategia es siempre la misma, intentar buscar el revés para coger el control del punto desde ahí. Quizás sea la vez que he jugado contra él más de tú a tú, pero prácticamente con la misma estrategia.

P. Es su amigo.

R. Sí.

P. ¿Y qué pensó mientras el partido se ponía tan de su lado?

R. A nadie le gusta ver al otro mal. Yo mismo, cuando estoy en casa y veo jugar a Federer en una final de Grand Slam y no es contra un español o algún amigo... pues claro que quiero que gane. Al final es deporte. Hemos jugado muchas finales juntos y todos sabemos que cada uno va a hacer lo mejor para buscar la victoria.

P. ¿Llegó a disfrutar durante el partido?

R. Más que disfrutar, estás feliz porque estás jugando bien, pero son partidos difíciles. Lo que estás es concentrado para intentar no perder la buena sensación que es disfrutar de esa buena sensación.

P. En este torneo, los rivales han destacado su actitud en la pista. Decían que estaba tan serio que nunca le vieron reír.

R. Nunca me he reído en la pista. Soy más de poner buena actitud, de intentar estar ahí, positivo. Es más, creo que de 2006 hasta ahora estoy más tranquilo en la pista. Los nervios están ahí, evidentemente, pero el hecho de que ya haya vivido muchas situaciones y de que las cosas estén funcionando bien... pues no tengo más que disfrutar de la posición en la que estoy, que es la de número dos del mundo, haber ganado cuatro torneos del Grand Slam, y haberlo conseguido siendo joven. No tengo más que estarle agradecido a la vida.

P. Nada más ganar el título dijo que se sentía más cerca del número tres que número uno.

R. No, no, no. Yo no he dicho que me sienta más cerca del número tres. Digo que estoy más cerca. Los números y los puntos lo dicen. Eso no quiere decir que no pueda terminar como número uno también. Todo está difícil. Lo lógico es que si las cosas van normal y no hay un jugador que haga una segunda parte del año espectacular, la cosa se determine entre los tres. Soy consciente de cualquier cosa puede pasar y de que lo lógico sería perder el número dos: Djokovic está cerca de mí, defiende menos puntos que yo... Y luego sí, al final del año, en el Abierto de Estados Unidos y Toronto, defiende más que yo. Hasta ahí lo lógico es que me pase. Y después, supongo y espero, tendré la opción de pasarle.

P. A los dos, sin embargo, les ha derrotado claramente en París.

R. Estamos jugando sobre mi superficie preferida. Está claro que si yo quería estar arriba tenía que hacer una gran temporada de tierra batida, y la he hecho prácticamente perfecta. Es una pena que el calendario esté tan apretado y que no pudiera competir al ciento por ciento en Roma. He hecho lo que tenía que hacer y confío en que, con lo que he mejorado tenísticamente, tenga opciones de hacer una buena temporada de pista dura en Estados Unidos y en los Juegos.

P. ¿Y Wimbledon?

R. Por supuesto, haré todo lo posible, pero es una historia distinta. Tienes poco tiempo para prepararte y dependes un pelín de la suerte.

P. En una entrevista con este diario dijo que no le importaba el dinero, sino la historia y los títulos. Ha ganado su cuarto grande. ¿Cuánto le queda para igualarse con los mitos de su deporte?

R. No soy yo el que lo va a decir. Tengo 22 años, espero que mi carrera dure unos años más, y cuando termine, ya veremos lo que he conseguido. El dinero, para todo el mundo, es importante, pero llega un momento en el que claro, eres joven... y ya habrá tiempo para pensar en él cuando esté retirado. Todos jugamos para ganar títulos, por prestigio y por terminar la carrera siendo lo mejor posible.

P. Los tenistas españoles llegaron a Roland Garros en plena discusión de la figura de Pedro Muñoz, presidente de la federación española de tenis. ¿Cómo logró que esta situación no le confundiera?

R. No tengo nada con que confundirme. Desgraciadamente, hemos tenido follón con el tema del presidente, pero para ninguno de nosotros es una situación agradable. No creo que seamos jugadores polémicos, pero hemos llegado a la conclusión de que las cosas no podían continuar como estaban funcionando. Yo en ningún momento pensé sobre eso durante el torneo. En Roma, en Hamburgo, sí, es verdad que el tema de conversación muchas veces era ese. Llega un momento dado que no nos creemos nada. Ni por la situación ni por la forma de actuar de este presidente vale la pena que nosotros perdamos más tiempo pensando en eso. No somos nadie como para sacar fuera a este señor. Si cree que ha actuado mal y que se tiene que ir, lo hará en su día. Y si no, será una pena para el tenis español.

P. No es por molestarle, pero desde fuera da la impresión de que el público francés no le anima especialmente.

R. No creo que sea en contra de mí. Es lógico. He ganado varias veces aquí, y la gente quiere ver partido, al rival que me derrote y me meta en problemas. No es una cosa en contra de mí, ni mucho menos. A cualquier jugador que le pasase eso le harían lo mismo.

Rafa Nadal levanta los brazos al cielo para celebrar su victoria.
Rafa Nadal levanta los brazos al cielo para celebrar su victoria.EFE

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