El delincuente se sintió cercado y decidió mudar de aires
La Comandancia de la Guardia Civil de Gijón persiguió a Manuel Ángel Álvarez Riestra durante casi dos años. Hace unos meses, hartos de no hallar pistas de él, los agentes le incluyeron en la lista de los más buscados y colgaron en la web de la Guardia Civil una foto en la que sale con su aspecto habitual, otra en la que está con la cabeza afeitada y otra con bigote y perilla, además de cuatro instantáneas sacadas de las grabaciones de las cámaras de seguridad del Banco Herrero de la parroquia de Las Vegas (Asturias), que asaltó el pasado 18 de abril.
En las imágenes se le ve entrar tranquilamente en la sucursal con peluca, barba y perilla, llevando bajo el brazo un portafolios donde esconde el revólver. "El portafolios da aspecto de hombre serio y nadie sospecha de ti", le explicó a un guardia al poco de detenerlo.
La treta, sin embargo, no le funcionó el 19 de marzo pasado, cuando llamó al timbre de una sucursal de la Caja Rural de Morcín. Era la segunda vez que iba a atracarla en poco tiempo. El director le reconoció y optó por no abrirle, lo que obligó a Riestra a huir con el rabo entre las piernas.
En más de una ocasión, El Solitario asturiano utilizó un chófer para llegar hasta las inmediaciones de los bancos que asaltaba. Era un colega al que pagaba 50 euros por el servicio a cambio de que le llevase y le esperase hasta que él consumaba el golpe. La Unidad de Policía Judicial de Gijón siguió esta pista, pero tampoco le sirvió para localizar al escurridizo delincuente.
Un autobús a Huelva
El Solitario asturiano sintió que la Guardia Civil estrechaba el cerco... y decidió cambiar de aires. Cogió un autobús y cruzó la Península hasta recalar en Huelva. Aquí, el pasado 2 de mayo, asaltó una oficina de la Caja Rural del Sur, en Cartaya (Huelva), donde obtuvo un escuálido botín de ¡305 euros! Y, para colmo de males para él, eso puso tras su pista a los sabuesos del tricornio.
El viernes de la semana pasada, Riestra fue apresado cuando ultimaba la compra de un Opel Corsa de segunda mano, por 6.000 euros, en un concesionario de automóviles de Huelva. Vivía en un apartamento de El Portil, cerca de Punta Umbría, que había alquilado diciendo que era un pacífico jubilado. Dentro de una cacerola escondía el revolver Taurus, 25 cartuchos y una peluca. "Si no le hubiésemos cogido, se habría ido a trabajar a Murcia y Alicante", dice el jefe de la investigación.
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