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Crónica:NBA
Crónica
Texto informativo con interpretación

Kobe Bryant firma un revolcón

Los Lakers pulverizan a los Spurs remontando 20 puntos en 18 minutos

Los Lakers asestaron un terrible golpe a los Spurs en el primer partido de la final de la Conferencia Oeste en una de las remontadas más sorprendentes que se recuerdan en la NBA. Un partido que se les iba a ojos vista, sin que Kobe Bryant hubiera dicho esta boca es mía, que tenían perdido de todas todas, que dejaba un abrumador poso de abatimiento y pesimismo en el Staples Center de Los Ángeles, se convirtió, con la misma facilidad con que se enciende un interruptor, en una exhibición de poderío y optimismo. Todo muy hollywoodiense, como las viejas películas de vaqueros en las que el rancho se consume asediado por los cuatreros y, cuando ya todo parece irremediablemente perdido, aparece el séptimo de caballería que todo lo arregla. Nada menos que 20 puntos en los 18 últimos minutos remontaron los Lakers, liderados por Kobe Bryant, el mismo por quien todo el mundo se había preguntado hasta entonces si estaba allí realmente o si se trataba de un clon, el mismo que hasta la media parte había anotado dos míseros puntos y había lanzado sólo tres veces.

L. Á. LAKERS 89 - SAN ANTONIO SPURS 85

Los Ángeles Lakers: Fisher (4), Bryant (27), Radmanovic (10), Odom (8), Gasol (19) -cinco inicial-, Farmar (8), Walton (0), Vujacic (10) y Turiaf (3).

San Antonio Spurs: Parker (18), Ginóbili (10), Bowen (12), Oberto (4), Duncan (30) -cinco inicial-, Horry (0), Udoka (7), Thomas (2), Finley (0), Barry (2) y Vaughn (0).

Árbitros: Delaney, Clark y Crawford. Sin expulsados.

18.997 espectadores en el Staples Center de Los Ángeles. Primer partido de la final de la Conferencia Oeste: Global: 1-0.

4º CUARTO

3º CUARTO

2º CUARTO

1º CUARTO

24-27

19-24

22-21

24-13

Pau Gasol realizó un par de defensas vitales, incluido un tapón a Ginóbili
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No acababa ahí la cosa: Fisher tampoco tenía su día -concluyó con una canasta en nueve lanzamientos, lo mismo que Odom, tres de 12- y la irrupción de un par de reservas como Walton y Turiaf era inocua. Todo un panorama.

¿Cómo ganar un partido en esas circunstancias a un equipo, el campeón nada menos, con las tablas y el talento de los Spurs? ¿Por qué no tirar la toalla y pensar directamente en el segundo partido de la final de la Conferencia (a las tres de la madrugada española de hoy, en Los Ángeles)? ¿Cómo convencer a nadie de que era posible revertir un marcador de 45-65, con la furia desatada de Duncan bajo los aros, el timón firmemente empuñado por Parker y la impagable defensa de Bruce Bowen sobre Bryant? Sucedió todo aquello que parecía imposible.

Los Lakers aumentaron un grado su velocidad, abrieron líneas de pases y Kobe Bryant recobró de golpe su carácter depredador y su puntería. Bowen seguía enganchado a él, destilando su sabiduría para desenchufar a los mejores talentos ofensivos del campeonato, pero ya no resultaba efectivo ante un Kobe desatado. Pau Gasol, que estuvo a su excelente nivel de siempre pero que por momentos corrió serio peligro de desesperarse frente a la mejor de las versiones de Duncan (30 puntos, 18 rebotes, cuatro recuperaciones y dos asistencias), redobló su esfuerzo y su inspiración en los instantes decisivos. Ya son varios los partidos en los que su contribución en esos momentos resulta impagable. Ante los Spurs, realizó un par de defensas vitales, incluido un tapón a Ginóbili, mientras que Kobe Bryant iba a lo suyo: ejecutar a los Spurs.

Quedó demostrado que los estereotipos no valen de mucho. Cada partido es diferente y ni siquiera la calidad y la experiencia de los Spurs, con todo el viento a favor, impide un batacazo tan imponente que puede conllevar serias consecuencias para el resto de la final. Ginóbili, el mismo que destrozó a los Hornets en la anterior serie, estuvo muy por debajo de lo que en él es habitual con una lamentable serie de tres canastas en 13 lanzamientos, Finley fracasó por completo con un 0 de 5 pese a que Popovich le dio mucha cuerda y el final de los Spurs fue lamentable. Hasta entonces habían abierto muchas líneas de pase, en cada posesión habían mareado el balón hasta encontrar la mejor selección de tiro y en defensa habían causado un cortocircuito en las transiciones de los Lakers. La aportación de Farmar y Vujacic avivó el ritmo del equipo de Phil Jackson. El resto quedó para Pau Gasol y Kobe Bryant, demoledores en los instantes finales.

Kobe Bryant intenta un lanzamiento a canasta en el partido contra San Antonio.
Kobe Bryant intenta un lanzamiento a canasta en el partido contra San Antonio.ASSOCIATED PRESS

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