Batacazo monumental del Madrid
Unicaja supera de norte a sur al vigente campeón, que ejecutó su peor actuación de la temporada
Nunca el octavo clasificado había eliminado al líder de la ACB. Quizá la excepción esté al caer. El Unicaja le hizo ayer un roto de cuidado al supuestamente intocable Madrid, al gran favorito, que recibió un durísimo, y merecido, castigo que le deja por los suelos y con desventaja en la eliminatoria. Con un monumental Ndong, el equipo de Scariolo pegó el petardazo en Vistalegre y puso al líder camino al infierno. El nulo acierto del Madrid en el tiro exterior (2 triples de 19 intentos logró) le supuso un lastre demasiado pesado. Pese a su arreón final, el Madrid no pudo con un Unicaja que hizo un partido completísimo para reducir a cenizas a su encopetado rival.
Y eso que la puesta en escena del Madrid prometía otro desenlace. Ni cinco minutos habían transcurrido y ya amenazaba con cerrar el conflicto (14-4). Pero reaccionó Scariolo, que le dio carrete al puertorriqueño Santiago y el Madrid se quedó mudo. Su ridículo acierto desde la lejanía (necesitó nueve triples para conseguir uno) le obligaba a meterse hasta la cocina. Y aquello era reino de Santiago, y luego de Ndong, que cortaron el vuelo al mismísimo Felipe Reyes. Recibió éste un par de dolorosos tapones y al Madrid se le hizo de noche. Desactivado el juego de ataque de su rival, al Unicaja no le quedaba más que abandonar su costumbre de regalar balones; por algo cerró la fase regular como el equipo con más pérdidas (sonrojante su promedio de 15,5 por partido) y acertar desde la lejanía.
No hizo lo primero, pero sí lo segundo, faceta en la que Germán Gabriel estuvo gigantesco, hasta el punto de que logró un triple con Hervelle abrazado a él. Fue Hervelle, precisamente, quien evitó la huida en el marcador de un Unicaja que encadenó un parcial de 0-10 para, mediado el segundo cuarto, amenazar con escaparse (26-31). El belga sostuvo al Madrid y dos triples de Raúl López le devolvieron al partido. El equipo de Plaza había recibido el primer aviso. Luego llegó el segundo. Y definitivo.
Porque a la vuelta del descanso el Madrid ejecutó los peores minutos que se le recuerdan. Esta vez por culpa de un fabuloso Ndong, que gobernó siempre bajo su canasta, donde una y otra vez se estrellaba el Madrid, que insistía en darse cabezazos contra aquel muro.
Bullock estaba cegado y el Madrid no encontraba la llave. Sus jugadores comenzaron a preocuparse más por los árbitros que por el juego y el Unicaja echó a volar. Un parcial de 4-22 le dio la máxima ventaja (45-62, m. 27). Hervelle, casi en solitario, se empeñó en que su equipo no tirara la toalla. Lo logró. La ventaja se fue reduciendo y los de Plaza lograron colocarse a ocho puntos (60-68), con el público bramando, soñando con la proeza.
Pero Unicaja, con Cabezas al frente, mantuvo la calma y la quinta personal a Raúl López acabó de fulminar al Madrid, al peor Madrid de la temporada, superado de norte a sur por el único equipo digno de así llamarse que ayer se asomó a Vistalegre: Unicaja.
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