D'Antoni, fiesta en el Madison
Incluso antes de que concluya se dejan sentir las consecuencias de un campeonato apasionante como éste. Algunos equipos se distinguen por lo positivo, caso de Nueva Orleans, Utah y Houston, que, aunque haya sido eliminado, cuajó una primera fase de la temporada fantástica. Otros destacan por lo negativo, caso de Phoenix, Dallas y, como viene siendo habitual, Nueva York. Las franquicias mueven ficha sin dilación. Eso ha provocado el fichaje más sonado hasta ahora. Los Knicks, buscando sin duda un nuevo estilo de juego y una nueva idiosincrasia, han contratado a Mike D'Antoni. Llega a un conjunto sin rumbo que ha ido dando bandazos envuelto a menudo en polémicas y que no ha obtenido buenos resultados a pesar del muchísimo dinero que lleva invertido.
Las estadísticas de Jorge Garbajosa |
Conozco a D'Antoni desde hace muchos años, desde que coincidimos en Treviso. Teníamos un equipo muy joven, con Nachbar, Bulleri, Marconato y yo con siete años menos. También estaban Edney, Pittis y Nicola. D'Antoni fichó a Charlie Bell. Logró que éste, hasta entonces catalogado como el típico defensor a ultranza, aportase mucho más al cuadro y explotase como jugador de primer nivel. D'Antoni se distingue por otorgar una inmensa confianza a sus hombres. Les hace sentirse importantes y les respalda. Es un maestro.
Supongo, por el tipo de contrato que ha firmado con Nueva York (24 millones de dólares, unos 15,5 millones de euros, por cuatro años), que se le va a dar mucho poder para decidir y hacer cambios. Ejercerá unas funciones muy amplias. Seguro que renovará el equipo. Aunque los Knicks tendrán dificultades, porque ya han sobrepasado el límite salarial. Ya cuentan con muy buenos jugadores. El problema es que se les tacha de díscolos. Pero poseen talento y son muy creativos. Crawford, Curry, Randolph, Richardson... Si D'Antoni consigue organizarlos, marcar unas pautas e imponer unos límites, puede llegar el cambio de dinámica que tanto necesita la franquicia.
La mayoría de los entrenadores mueren con sus ideas y no creo que D'Antoni cambie sustancialmente las suyas. Aunque puede ser complicado. Tendrá que buscar la implicación máxima de los jugadores. Es muy buen psicólogo. Te vende su proyecto, hace que te identifiques y te da absoluta confianza. Te ayuda a que juegues a gusto y prefiere que sea el jugador quien tome decisiones en la pista. Le molestan los errores en la elección. Un ejemplo: si un día fallas siete u ocho lanzamientos que has efectuado, no te reprochará el hecho en sí mismo. Hablará contigo, te invitará a que analices cuándo y cómo intentaste los tiros y, si los elegiste bien, te dirá que no importa, que cumpliste bien tu trabajo.
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