Casa Jaime: arroz Calabuig

Entre el tráfago de bares, chiringuitos y restaurantes que se agolpan y casi superponen en la playa de Peñíscola debemos aguzar la vista y fijarla en Casa Jaime, bastión desde hace años de la mejor gastronomía de la zona.

Una pequeña sala y una no mucho mayor terraza utilizada en los días de bonanza permiten situarse para degustar especialidades locales, que se fundamentan de forma principal en los mariscos que se capturan en las inmediaciones.

Productos singulares -en otros ámbitos extravagantes- como las caixetes, rudo ejemplar bivalvo de agreste sabor a mar, o las anémonas -actinias en el lenguaje científico y ortigas de mar en el popular-; o los cohombros de mar, popularizados como espardenyes, se ofrecen con ligera y simple preparación, que permite encontrar su sabor en puridad.

Algunas alternativas singulares, como los erizos rellenos de las renombradas alcachofas del entorno y cubiertos por las glándulas comestibles de los equinodermos, generan un mar y montaña magnífico para iniciar la comida más allá de las primeras materias antes enunciadas.

Pero donde se alcanzan altas cotas de calidad es en los arroces, que en específicas y marinas variedades se ofrece. Y entre estos ha logrado merecida fama aquel que mezcla con el arroz -y un magnífico y sutil fondo marinero- dos de los ejemplares antedichos, las ortigas y las espardenyes, tropezones que nos sorprenden a cada bocado, una con su textura melosa y la otra con un indefinido punto elástico, y que nos permiten con su sabor recordar los idílicos lugares de la famosa película Calabuig, a cuyo nombre se remite el sustancioso guiso y que fue rodada íntegramente en esta localidad hace más de 50 años por el cineasta Luis García Berlanga.