"Jugamos mejor que nunca"
Los futbolistas dicen que la clave de la excelencia del Madrid estuvo en el medio campo
"¡Cómo definí!", se decía el Pipita, Gonzalo Higuaín, para sus adentros, al abandonar el Bernabéu. El hombre que marcó el tercer gol del Madrid se fue a celebrar el triunfo con el resto de la plantilla a la parrilla argentina De María. Entre sus conclusiones no había la menor consideración hacia el estado depresivo del Barça. Como Higuaín, el resto de sus compañeros estaban convencidos de que el derrumbe del adversario fue posible sólo por los méritos del Madrid. "Probablemente hicimos el mejor partido de la temporada", reflexionó Marcelo. "Desde el choque contra el Sevilla en casa, la evolución de nuestro juego ha sido constante. En lo individual y colectivo. El Barça ha intentado hacer algo importante pero después del primer gol no ha podido responder".
"Contra el Sevilla empezamos a complementarnos", dice Sneijder
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La goleada del miércoles (4-1) fue la culminación de un proceso que empezó hace cinco semanas. La plantilla sitúa el salto de calidad del juego en un momento concreto: la noche del 30 de marzo. Fue la jornada en la que el Sevilla visitó el Bernabéu. El Madrid se impuso por 3-1 y dio el primer paso decisivo, no sólo hacia el título, sino hacia un fútbol que combinaba la eficacia con el brillo. Esa noche, el propio Schuster hizo una confesión: "Hoy hemos jugado con menos altibajos que nunca".
Sneijder, que fue el motor del equipo contra el Sevilla, no ha dejado de completar partidos notables. El clásico fue su última obra. Después del partido, el holandés dio su versión: "Empecé a jugar mejor contra el Sevilla, cuando Schuster me trasladó del costado derecho al eje. Por detrás de los delanteros, con los extremos y los volantes a mi derecha y a mi izquierda, mi visión del fútbol es completamente diferente. Me siento mucho más cómodo así porque necesito repartir el juego, cuanto más rápido, mejor. Cuando estoy cerca de la banda encuentro menos opciones de pase. En el medio, veo mejor a mis compañeros. Desde el partido del Sevilla nos empezamos a complementar con más facilidad con Guti, Gago y Diarra. Este entendimiento nos ayudó a ir ganando confianza".
Asesorado por Manolo Ruiz, su ayudante técnico, Bernd Schuster resolvió recibir al Barça con la versión más poblada de su centro del campo. Después de comprobar en Pamplona y Santander que Diarra funcionaba mejor como volante que como medio centro, el técnico decidió darle una oportunidad en el Bernabéu. El experimento resultó un éxito. Diarra encontró su sitio inmediatamente, y liberó por fin su instinto ofensivo. "A mí me gusta atacar", repetía; "yo lo que quiero es subir como hacía en el Lyon". Contra el Barça tuvo la oportunidad. Y, al igual que en Pamplona y en Santander, su respuesta resultó inspiradora y útil. Junto a Gago, Guti y Sneijder, formó una asociación que desarmó todas las iniciativas del Barça tanto en ataque como en defensa.
Si Diarra estuvo más libre, Gago operó como escoba. El medio centro argentino hizo el filtro por delante de los centrales. Su gran labor defensiva le reivindicó una vez más frente al propio Schuster, que sólo se aferró a él porque le consideró menos malo que Diarra, tras la Copa de África. El técnico alemán nunca creyó que el nivel de estos dos centrocampistas estuviese a la altura del Madrid. Durante meses, lamentó que la confección de la plantilla exhibiera tantos vacíos. "El Barça tiene mejor plantilla que nosotros", repetía en privado cada vez que repasaba su nómina de volantes. Es una ironía y un mérito suyo que, meses más tarde, el Madrid ganara la batalla táctica al Barça en el centro del campo.
Schuster manifestó dudas sobre su medio campo, pero sobre su defensa se mostró optimista. Como dijo Pepe, tras el clásico: "Cuando [Heinze y yo] nos recuperamos de las lesiones, las cosas han sido más fáciles".
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