"Estamos metidos en el fango"
Hasta la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá (PP), mostró ayer su "tristeza y preocupación" por la deriva del equipo que en los últimos ocho años ha sido el principal "embajador" de la ciudad. A dos puntos del descenso, el Valencia llega al final de la Liga con el miedo en el cuerpo tras la pésima imagen ante el Barcelona en el Camp Nou: 6-0. En medio de una terrible crisis social e institucional, su entrenador, Salvador González, Voro (L'Alcúdia, Valencia; 1963), trata de encontrar el equilibrio.
Pregunta. ¿A qué responde su optimismo?
Respuesta. Estamos metidos en el fango y lo sabemos. Depende de nosotros. El que debe estar jodido es Osasuna [en puestos de descenso]. Tenemos que canalizar la rabia que sienten los jugadores después de que el Barça nos pasara por encima.
"Tenemos que saber canalizar la rabia tras habernos pasado el Barça por encima"
"Compartí muchos ratos con Benítez. Tácticamente, es obsesivo, el mejor"
El Valencia, campeón de Copa |
El camino hacia la final |
P. Los ultras cargaron en la noche del domingo y en el entrenamiento de hoy [ayer] contra sus jugadores. Helguera se ha encarado con ellos.
R. Es lo que hay. Nos hemos entrenado a puertas abiertas porque tenemos que escucharlo todo. Son factores de fuera que no podemos controlar.
P. ¿Por qué esa dejadez de sus jugadores ante el Barça?
R. Son los estados anímicos. Aquí, cuando uno baja los brazos, le pasan por encima. Si vas a por un balón aéreo a medio gas, el rival se lo lleva siempre. Eso lo multiplicas por 11. Pero no sólo con actitud se ganan los partidos. En mi pueblo hay 11 tíos que no pararían de correr en todo el partido. Tenemos calidad para salvar la categoría.
P. ¿Perturbó al grupo la filtración de una lista de transferibles la semana pasada?
R. No es lo deseable, pero no es excusa. Lo que tenemos por delante es demasiado importante para que nos dejemos afectar por estas cosas.
P. ¿Vendería a las figuras del Valencia?
R. Aunque Villa, Silva y compañía no han tocado techo, un club tiene que dar salida a jugadores que encuentren una motivación extra en otro sitio. No hablo de estos casos, pero sí podemos pensar en Fernando Torres. Además de intentar vender, es más importante saber fichar. Tiene que haber cambios de ciclo. Todo el mundo necesita nuevas ilusiones.
P. El Zaragoza [visita mañana Mestalla con un punto menos que el Valencia] remató 30 veces ante el Deportivo. Y ustedes llevan 60 goles en contra.
R. El Zaragoza está en mejoría. Derrochó juego ofensivo y se mereció ganar al Depor. Pero depende de nosotros.
P. Ha sido delegado de Quique Flores y Ronald Koeman. ¿De quién aprendió más?
R. Me gustaba lo de delegado porque estás al lado del entrenador, ves sus decisiones y el porqué las toman. Luego de tres años sin entrenar, me siento mucho más capacitado que cuando terminé en el Valencia B. Tengo una visión más periférica. Con Ronald, la relación personal ha sido fabulosa. Ha sufrido muchísimo por la marcha del equipo. Con Quique intimaba mucho más porque había estado ocho años con él en el vestuario.
P. ¿Le consultó Koeman la decisión de apartar a Albelda, Cañizares y Angulo?
R. No; me enteré el mismo día. Fue una decisión que nos ha desgastado mucho.
P. ¿Tiene algún referente?
R. Compartí muchos ratos con Rafa Benítez cuando yo estaba en el B. Tácticamente, es obsesivo, el mejor. Por su constancia en automatizar los movimientos. Controla en todo momento la situación. Quiere que el equipo tenga las cosas muy claras con la pelota y sin ella. Al final, el futbolista, cuando se acostumbra a resolver un tipo de situación, la resuelve sin darse cuenta.
P. El jugador de rugby Jonny Wilkinson cuenta que, en sus entrenamientos, repetía cientos de veces los drops que después, en momentos de máxima tensión, ejecutaría automáticamente.
R. Pues esto es lo mismo, pero poniendo de acuerdo a 22. Si dentro de una estructura homogénea tienes buenos futbolistas, ideal. Ahí estuvo el Milan de [Arrigo] Sacchi. Pero, claro, ese ciclo tan exigente es difícil mantenerlo: los jugadores, al ganarlo todo, bajan.
P. ¿Ha cambiado el fútbol desde que usted era jugador?
R. Mucho. Antes, para ganar una Liga, había que pillar dormidos al Madrid y el Barça. En 22 años sólo rompió esa dinámica el Atlético del doblete. Ahora ha entrado mucho más dinero. Los menos grandes pueden optar a buenos futbolistas y, si hacen las cosas bien, aparecen el Depor, el Valencia y el Sevilla.
P. ¿Esa cicatriz vertical debajo del ojo izquierdo?
R. Tenía siete u ocho años. Jugaba con un primo. Me pegué contra el canto de una puerta, me rompí las gafas, me clavé el vidrio y casi pierdo el ojo.
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