Turquía suaviza las limitaciones a la libertad de expresión
Turquía se acercó ayer un poco más a Europa. El Parlamento de Ankara aprobó la reforma del polémico artículo 301 del Código Penal, que castigaba con penas de cárcel los "insultos contra la identidad turca". Por esta vaga imputación han sido encausados durante los dos últimos años 1.800 intelectuales y escritores turcos, entre ellos el premio Nobel de Literatura Orhan Pamuk.
La Unión Europea recibió ayer con satisfacción la reforma legal, que a partir de ahora circunscribe las acusaciones a los actos que atenten contra la "nación turca" y el "Estado de la República de Turquía", y rebaja a dos años de cárcel la condena máxima y, por lo tanto, evita el ingreso automático en prisión.
El nuevo artículo 301 del Código Penal prescribe que los fiscales y jueces deberán contar con la autorización del ministro de Justicia para poder incoar este tipo de procedimientos. El Gobierno turco pretende impedir así que los sectores ultranacionalistas de la judicatura sigan acosando a los intelectuales que, como Pamuk, se han pronunciado sobre el conflicto kurdo o el genocidio armenio, dos de los grandes tabúes de la sociedad turca actual.
Escritor asesinado
La mayoría de los casos abiertos por el artículo 301 han quedado finalmente sobreseídos. Pero los escritores y periodistas imputados tuvieron que soportar los insultos de los grupos de nacionalistas turcos que les recibían a las puertas de los juzgados. Uno de los pocos condenados en firme fue el escritor turco-armenio Hrant Dink, que fue asesinado a tiros en Estambul en enero de 2007 por un joven ultraderechista.
La UE pidió ayer al Gobierno de Ankara que dé nuevos pasos legales para garantizar la libertad de expresión. Numerosos intelectuales turcos reclamaron también ayer la abolición pura y simple del artículo 301 del Código Penal.
Turquía aprueba esta reforma legal en un momento de incertidumbre política. El Tribunal Constitucional tiene que decidir sobre la ilegalización del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), en el poder desde 2002 de la mano del primer ministro, Recep Tayyip Erdogan. La fiscalía turca acusa al partido de Erdogan, de base islamista moderada, de no respetar los principios del Estado laico. El AKP ha renunciado a prorrogar el plazo para su defensa y planea presentar mañana su alegato contra los cargos de la fiscalía.
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