Bosh se queda solo
Los Magic aprovechan la inconsistencia de los Raptors
Visto para sentencia. Demasiadas dudas estratégicas, hombres clave en baja forma, jugadores desorientados y, para colmo, una lesión inoportuna. Los Raptors, pese al apoyo incondicional del entusiasta público que llenó de nuevo el Air Canadá Centre de Toronto, no pudieron evitar un final de partido lamentable. Supuso una tercera derrota ante los Magic que les sitúa en una posición desesperada, a un paso de la eliminación.
No bastó el excelente partido de Chris Bosh, con 39 puntos, 15 rebotes y dos asistencias. Después de un duelo relativamente equilibrado, los Raptors se derritieron en los últimos tres minutos y medio. Pese a la lesión de Moon y a las faltas que despidieron a Delfino, llegaron a ese instante con posibilidades: 87-90 en el marcador. Pero todo lo que aconteció desde aquel instante demostró que los Magic estaban mucho más enteros, clarividentes y acertados.
En un momento tan delicado, Sam Mitchell ejerció de Herodes y situó en la pista a TJ Ford y Calderón al unísono. El experimento no resultó porque Rashard Lewis se comió a Kapono y Turkoglu ejerció de mano ejecutora. Los Magic administraron sus recursos con coherencia a pesar de que su figura, Dwight Howard, sufrió un cortocircuito que le impidió mantener su prodigioso inicio con diez puntos, seis rebotes y tres tapones en los ocho primeros minutos. Pero Bosh le buscó las cosquillas con sus constantes y certeros lanzamientos desde fuera de la cueva. Howard, tendente a resguardar la canasta pegado a ella, no atinaba a echar el lazo al pívot de los Raptors.
No importó. Cuando Howard bajó el piston, emergió Rashard Lewis, que cerró su exhibición con 27 puntos, 13 rebotes y cinco asistencias. Y, encima, los de Orlando también acabaron encontrando al final la puntería desde larga distancia que se les negó durante parte del partido. Contaron además con Turkoglu, que se guardó lo mejor de su repertorio para los instantes decisivos.
Todo lo contrario que los Raptors. Bargnani es una sombra de lo que fue la pasada temporada y Calderón acaba desconcertado por las decisiones de Mitchell, que no acaba ni de darle la batuta ni de arrebatársela. Así, volvieron a quedar reducidos a la mínima expresión en el juego cercano al aro (12 tiros libres convertidos por 21 de los Magic) y apenas dieron señales de vida en los triples (dos por 11). El decepcionante final aguó por completo las esperanzas concebidas tras la victoria en el tercer partido e incluso tras la meritoria oposición que plantearon en el segundo. Los Magic, además de situarse a un paso de liquidar el asunto, evidenciaron una sensación de neta superioridad.
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