El club de los 12 días
Los jugadores del Levante exigen garantías de cobro por escrito para no ir a la huelga
Si los jugadores del Levante han decidido poner fin a sus eternas esperas tras infinitas promesas que nunca se cumplen con una amenaza de huelga es porque han perdido la confianza. No quieren más palabras. Hace meses que los dirigentes del club repiten las mismas consignas: "en 10 ó 12 días puede llegar el dinero", o "en dos semanas tendremos una solución". Los días pasan. También las semanas. Y los futbolistas, empleados, algunos ex futbolistas, ex técnicos... siguen sin cobrar. "Éste es el club de los 12 días", evoca, entre risueño y desesperanzado, el defensa Manolo.
La paciencia de estos jugadores ha desbordado todos los límites. Y salvo que tengan constancia de que pronto percibirán lo que se les adeuda, no jugarán el domingo frente al Recreativo en Huelva. Su medida, tan dañina para ellos mismos como para quienes se ven salpicados -caso del club o de los rivales directos del Recreativo por la permanencia-, dará la victoria a los andaluces y les restará a ellos tres puntos, con lo que su descenso será matemático.
Mientras el club pide más plazos, el equipo irá a Huelva con dos abogados de la AFE
"Queremos jugar. Somos los más interesados en que esto se solucione", aseguraba ayer el capitán, Iñaki Descarga. Julio Romero, el presidente, se reunió con el equipo para explicarles cómo fueron las negociaciones del martes con el Ayuntamiento de Valencia, entidad a la que se han encomendado para que sirva de aval frente al banco ante las deudas de 18 millones de euros. En una muestra más de aquel reproche que lo calificaba como "el club de los 12 días", Romero volvió a hablar de plazos. Reconoció que no hay fecha para que puedan ofrecer a la plantilla "dinero líquido", pues dependen de los bancos y el Consistorio, "pero tardará unos días, puede que una semana o tres". En ningún caso, antes del domingo.
Los jugadores, dispuestos a colaborar, han rebajado sus pretensiones. "Si tenemos que volver a aceptar pagarés como garantía de cobro, lo haremos", dijo Rubiales -lateral reconvertido en líder sindical-. Como saben que no habrá dinero esta semana, han solicitado un documento escrito del Ayuntamiento y del club que les ofrezca una garantía de cobro. Sólo si ese documento llega a tiempo y es convincente, desconvocarán la huelga. Dos abogados de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) les acompañarán a Huelva. Si el club no paga, descendería por deudas a Segunda B.
Nunca un equipo de Primera se negó a jugar por impagos. Sí por otros motivos. En la temporada 1979-80, el Málaga no se presentó a jugar ante el Almería en protesta por la clausura de su estadio por incidentes del público. Ahora, el modesto Levante centra todas las miradas. "Hemos recibido muchas llamadas de apoyo, de compañeros y entrenadores de otros equipos que se sorprenden al conocer lo grave de la situación", explica Rubiales. Saben de lo extraordinario de su decisión, pero la creen necesaria. El momento que atraviesan algunos compañeros, con embargos, ventas de coches y cuentas en rojo, así lo exige.
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