Al Recreativo le tiemblan las piernas
El Zaragoza aprovecha los errores garrafales del adversario para coger aire
Recibió de improviso un masaje cardiovascular el Zaragoza, que parecía predestinado a perecer en la categoría, desidioso y abúlico como estaba en las últimas fechas. Pero el Recreativo, tan generoso como desencajado ante la presión, se empecinó en regalar el duelo, dinamitado también por el colegiado y su facilidad para mostrar cartulinas. Bouzón y Edu Moya, con dos errores de alevín, insuflaron al rival una burbuja de vida. Ayudó en el descalabro Rubén, que con dos entradas consecutivas -la primera legal- vio la tarjeta roja antes de concluir el primer acto. Asoma el Zaragoza la cabeza desde las penumbras al tiempo que el Recre se hunde, antepenúltimo y con el golaverage directo en contra tras la derrota en La Romareda.
ZARAGOZA 3 RECREATIVO 0
Zaragoza: César; Zapater, Sergio, Ayala, Paredes; Óscar (Juanfran, m. 66), Gabi, Celades, Aimar (Vicente, m.54); Sergio García (Chus Herrero, m. 89) y Oliveira. No utilizados: Miguel, Diogo, Luccin y Pavón.
Recreativo: Sorrentino; Moya (Martin, m. 61), Bouzón, Beto, Bautista; Camuñas, Martins, Vázquez (Guerrero, m. 86), Aitor (Varela, m. 77); Rubén y Sinama. No utilizados: Barbosa, Gerard, Barber y Oliveira.
Goles: 1-0. M. 1. Sergio García, a pase de Oliveira. 2-0. M. 20. Oliveira, dentro del área. 3-0. M. 77. Oliveira remata de cabeza.
Árbitro: Undiano Mallenco. Amonestó a Beto, Rubén, Ayala, Moya, Sergio y Vicente. Doble amarilla a Rubén (m. 40) y Vicente (m. 82) y Ayala (m. 88).
33.000 espectadores en La Romareda.
Cuatro técnicos después, el Zaragoza utilizó el sistema que aplicaba Víctor Fernández, la raíz del proyecto. Un 4-4-2 con dos medios centros y dos volantes a pierna cambiada. En la izquierda estuvo Aimar, determinante como antaño. No sólo resolvió los entuertos con un simple movimiento de cadera, sino que atendió con precisión matemática a los desmarques de sus compañeros. Le resultó, en cualquier caso, una tarea fácil ante un adversario de mantequilla.
Edu Moya se enredó con las piernas y perdió un balón en el balcón del área, justo cuando sus compañeros ya adelantaban las líneas. Aimar, atento, le pispó el cuero y se lo cedió a Oliveira, que trazó el desmarque y un pase hacia atrás, a la llegada de Sergio García. Mordida y dócil, la pelota entró ajustada al palo. Poco después, actuando de cierre, a Bouzón le temblaron las piernas; se obstinó en regatear a Oliveira y murió en el intento. El delantero blanquillo, que rebosa puntería, no perdonó. Entonado, cabeceó también una falta y liquidó el partido.
Dos errores absurdos del Recre reactivaron al Zaragoza, que se reencuentra con Aimar y una alegría en la tabla clasificatoria.
* Este artículo apareció en la edición impresa del sábado, 19 de abril de 2008.