El cuponazo, años sesenta
"Sin reparto, no hay paz", es el mensaje de esta comedia donde un ama de casa, interpretada por Julieta Serrano, recibe un premio que pondrá los dientes largos a sus vecinas: un millón de cupones Hogar Moderno, para canjear por menaje y electrodomésticos. Su buena suerte es, para ellas, un agravio comparativo. Michel Tremblay, autor de Las cuñadas, hace un retrato satírico de la sociedad de los años sesenta a través de un grupo de mujeres de clase trabajadora.
Hijo de obreros, Tremblay habla de primera mano. Aunque los caricaturice, sus personajes son tan ciertos como un dolor de cabeza. Sus intérpretes no deben ponerse por encima de ellos. Hay que tener la ingenuidad intacta para encarnarlos sin distancia crítica, con empatía absoluta, como hacen, especialmente, Trinidad Iglesias y Rosa Savoini. Las cuñadas acaba como el rosario de la aurora: a golpes, mientras desde el telar del teatro cae una lluvia de cupones.
Las cuñadas
De Michel Tremblay. Versión: Itziar Pascual. Luz: Juan Gómez-Cornejo. Escenografía: Alfonso Barajas. Dirección: Natalia Menéndez. Madrid. Teatro Español. Hasta el 18 de mayo.
La comedia tiene momentos hilarantes, mala uva, algunos baches y un final redondo. El escenario central, con el público a dos bandas, diseñado por Alfonso Barajas de acuerdo con Natalia Menéndez, la directora, es un arma de doble filo: acerca mucho la acción, lo que es de agradecer, pero hace que las actrices estén dando siempre la espalda a una parte del respetable. El vestuario de Ivonne Blake respira autenticidad: nos devuelve a los mostradores de Sepu y de Almacenes Arias.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.