"Ya puedo quedarme tranquilo"

Al verle aparecer abriéndose paso entre la multitud de políticos con el pelo mojado por la lluvia y la sonrisa llena de dientes, el dueño de la Copa no pudo reprimir una efusión paternalista. Mientras le entregaba la miniatura del trofeo, forzó el protocolo con una palmadita en la mejilla caliente y en sus labios se leyó algo así como: "¡Moro! ¡Muy bien hombre!".

El rey Juan Carlos no suele reprimir emociones cuando alguna imagen que remite a la gloria del Madrid se le pone por delante. Al ver a Fernando Morientes en una coyuntura tan afortunada, minutos después de marcar el gol de la noche, inmediatamente pareció olvidar el disgusto que le había dado la derrota del Getafe. El monarca se sintió partícipe de la felicidad del chico, que pasó de largo, medio ausente, como alguien que se deja llevar por la ensoñación. A sus 32 años, el delantero español en activo con más kilómetros en sus botas, disfrutaba de una noche de fiesta inesperada cuando se encamina hacia lo que puede ser la última temporada de su carrera. Morientes termina contrato con el Valencia en junio de 2009.

"Cuando llegué a Valencia dije que lucharía con todas mis fuerzas para ganar este trofeo", dijo, con la miniatura en la mano, mientras caía la lluvia y atronaba la hinchada agitando banderas naranjas. "La Copa es el único trofeo que no había ganado", suspiró. "Ya puedo quedarme tranquilo".

Morientes había levantado doce títulos de clubes. Hasta ayer, había conquistado dos Copas Intercontinentales, tres Copas de Europa, una Supercopa de Europa, tres Supercopas de España, dos Ligas y una Copa de Inglaterra. Sólo le faltaba una insignia. La que le acababa de entregar el Rey en el palco.

"Ahora tengo el trofeo que me faltaba", celebró ayer, con la serenidad que da la experiencia. "Necesitaba muchísimo marcar este gol. Tiene un valor tremendo para mí. Cuando las cosas vienen rodadas no sabes apreciarlo. Por eso esta victoria tiene un sabor especial. Con el tiempo la gente se dará cuenta del mérito que ha tenido para el equipo ganar este título después de la temporada que hemos pasado. Le hemos ganado al Atlético, al Barça y al Getafe, cuando toda España menos los valencianistas estaban en contra nuestra".

Hasta ayer, Morientes no había jugado ni un minuto en la Copa en esta temporada. Su debut resultó tan tardío como determinante. "Cuando las cosas quedan para el final se disfrutan mejor", apuntó. Salió al campo y metió el gol número 19 de su carrera en la competición del KO. Fue el más importante. Y lo hizo a su manera. Como más le gusta. Con la cabeza.

Koeman le hizo jugar en el minuto 76 y en el 84 se encontró con un despeje mal dirigido por Ustari. La pelota se le fue encima. "Nosotros los delanteros, decimos que cuando te llegan los balones en el área es que tienes imán", suele decir el goleador toledano. A Morientes, el imán se lo pusieron en la frente. Los cabezazos le dan un placer especial. Un sentido de plenitud que ayer tuvo valor trascendental. Sirvió para cerrar el partido cuando el Getafe se agrandaba.

"El tercer gol nos dio la tranquilidad y la Copa", comentó el punta; "ellos nos estaban achuchando mucho y con el gol se han aflojado".

"Nos merecemos esta Copa por el sufrimiento de este año", dijo el héroe, señalando a las gradas; "es tremendamente gratificante por toda esta gente del Valencia que se ha desplazado al Calderón".