_
_
_
_
Crónica:32ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Sneijder saca al Madrid del fango

Mala actuación de los de Schuster, que derrotan al Murcia con un gol del holandés y tienen el título a la vista

Los abrazos de los jugadores madridistas tras el pitido final estaban justificados. Y no por el partido que acababan de ejecutar, de cierto aire calamitoso, sino por lo que significaba el sufrido triunfo: el Madrid agarró ayer media Liga, y sólo una hecatombe impedirá que en unas semanas se la apropie del todo. Venció el equipo de Schuster a un Murcia al borde del desahucio, en el que Clemente ejerció de sí mismo, prudente como acostumbra a ser, que no es cuestión de asomarse al Bernabéu y darse el gusto de atacar. Venció el Madrid gracias a un magnífico gol de Sneijder, su jugador más inspirado junto a Guti. Y lo hizo pese a jugar 70 minutos con diez, por la expulsión de Torres. Venció el Madrid, en fin, sin convencer a nadie, y ya le saca brillo al título.

REAL MADRID 1 - MURCIA 0

Real Madrid: Casillas, Torres, Pepe, Heinze, Marcelo; Gago, Guti (Diarra, m. 42), Sneijder (Drenthe, m. 80); Robben, Robinho (Míchel Salgado, m. 62) y Raúl. No utilizados: Codina; Baptista, Higuaín y Saviola.

Murcia: Carini; Pina, Pignol (Movilla, m. 60), Cuadrado, Ochoa, Peña; Arzo, Kabous; De Lucas (Rosinei, m. 57), Aquino (Jofre, m. 66) y Goitom. No utilizados: Notario; De Coz, Ochoa y Richi.

Gol: 1-0. M. 58. Raúl toca hacia atrás un balón que Pignol no alcanza a despejar y Sneijder lo recoge para marcar.

Árbitro: Iturralde González. Expulsó con tarjeta roja a Torres (m. 19). Amonestó a Pepe, Guti, Robben, Cuadrado y Arzo.

Unos 78.000 espectadores en el Santiago Bernabéu.

Más información
Un 'autobús' mal aparcado

Y eso que Iturralde estomagó al equipo blanco, que se arrogó el papel de víctima, algo impropio de su fuste. Todo comenzó con la expulsión de Torres, que encendió la ira del madridismo en pleno. Tenía Aquino el balón controlado en la banda y Torres le golpeó por detrás, abajo, al tobillo, de mala manera. No lo dudó el árbitro, que sacó la roja del bolsillo y echó al lateral. Con toda justicia, además. A partir de ese momento, minuto 19, los jugadores del Madrid estuvieron más pendientes de Iturralde que del fútbol. Tronaba la grada a cada decisión del árbitro y el equipo de Schuster se contagió. Gritos, protestas, incredulidad, las manos a la cabeza, piscinazos... Se vino arriba Iturralde, al que le va la marcha, con las consecuencias habituales: no acertó ni una.

Clemente era consciente de que sacar algo del Bernabéu suponía un reto heroico. Y no se cortó a la hora de poner en marcha su ideario. Salió a escena con cuatro defensas y con un quinto, Cuadrado, persiguiendo por todo el campo a Raúl, una solución futbolística propia del pleistoceno. El Madrid jamás se encontró a gusto, y mucho menos cuando se quedó con diez. El arrebato de Torres le mandó a la ducha y Schuster optó por no mover ficha. Dejó al equipo con tres defensas e hizo que Gago se retrasara unos metros. Guti y Sneijder cogieron el mando, pero el equipo echó de menos a Robinho, cuya actuación tuvo un aroma fantasmal, y a Robben, tan intermitente como de costumbre. Pese a que tenía un jugador más, el Murcia nunca se hizo con el partido, algo lógico en un equipo que tose y se va a Segunda. Al borde del descanso tuvo su gran oportunidad, cuando en un contragolpe se presentaron tres jugadores en el área madridista, guardada sólo por dos defensas. Pero Aquino se enredó y fue incapaz siquiera de disparar a puerta.

El Madrid, pese a su inferioridad, controlaba el partido con absoluta tranquilidad. Raúl, acosado siempre por Cuadrado, falló un par de oportunidades. La resolución del conflicto, dado el papel de Robinho y Robben, quedó en manos de Sneijder y Guti, que se asomaban con reiteración al borde del área rival. Y ocurrió que Pepe lanzó largo un saque de banda, Raúl peinó hacia atrás y Pignol no supo cómo despejar. Le cayó el balón a Sneijder, que lo paró con la zurda y soltó un derechazo combado a la escuadra izquierda de Carini, que no pudo llegar.

Quedaba un mundo por delante, pero el partido estaba acabado. Schuster, ahora sí, reforzó la defensa con Salgado, y el Madrid se parapetó a la espera de sufrir el acoso del Murcia. No hubo tal. Los de Clemente no creían en la causa y aceptaron una derrota anunciada. Pitó Iturralde, ya más tranquilo, el final y los jugadores del Madrid se abrazaron alborozados sobre el césped, sabedores de que están a punto de alcanzar la Liga número 31 de la historia del club y, a qué negarlo, la menos brillante.

Sneijder celebra su gol de rodillas mientras Marcelo acude a felicitarle.
Sneijder celebra su gol de rodillas mientras Marcelo acude a felicitarle.ASSOCIATED PRESS

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_