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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Joseph Weizenbaum, pionero de la informática

Creó el programa conversacional Eliza

Fue un crítico implacable de Internet y uno de los pioneros de la inteligencia artificial. El programador informático Joseph Weizenbaum nació en Berlín en 1923. De ascendencia judía, su familia emigró a EE UU tras la promulgación por los nazis de las leyes racistas de Núremberg en 1935. Ya en los cuarenta, Weizenbaum empezó a trabajar en la construcción de una computadora digital.

Desde 1963 trabajó en el Massachusetts Institute of Technology (MIT), a cuya cátedra de Ciencias Informáticas accedió en 1970. La ocupó hasta 1988. Volvió a Berlín en 1996, donde murió el pasado marzo. Durante sus primeros años en el MIT, Weizenbaum escribió el famoso programa conversacional que bautizó con el nombre de la estudiante de inglés Eliza Doolittle, protagonista de la obra de teatro Pygmalion y su versión en celuloide My fair Lady. Con Eliza, el ordenador daba la impresión de responder a las preguntas y observaciones tecleadas por el usuario, mediante el uso aleatorio de frases y palabras preprogramadas. Weizenbaum comprobó que los estudiantes y otros usuarios que experimentaron con Eliza no se desesperaban ante las frases hechas y lo fortuito de las respuestas, sino que en muchas ocasiones se enredaban en largas conversaciones que incluían confidencias. Cuando un grupo de psicólogos le planteó el uso de su programa para automatizar sesiones terapéuticas, el catedrático se percató del peligro de una confianza excesiva en la inteligencia artificial.

No mejoró su opinión sobre la informática con la llegada de Internet, que calificó de "gran montón de porquería en el que pueden encontrarse pequeñas perlas y tesoros". Sospechaba de la llamada "sociedad de la información", que "nos da la ilusión de disponer de todo el conocimiento de la Humanidad". Los ordenadores, insistía, "fueron desarrollados para hacer la guerra y el genocidio más eficientes". Esta postura lo situó al margen de la mayoría de investigadores informáticos y le valió la admiración de miles de estudiantes que combinaron la informática con la filosofía. Para Weizenbaum la influencia de la técnica en la sociedad moderna no contribuye a hacer libre al ciudadano.

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