Ferrari demuestra al fin su poder

Lo que se estaba vislumbrando acabó ocurriendo. Los dos bólidos rojos de la escudería Ferrari consiguieron ayer el primer doblete de la temporada, que previsiblemente no será el último. Felipe Massa y Kimi Raikkonen controlaron la carrera de Bahrein desde las primeras curvas y fueron inalcanzables para sus rivales. Sin embargo, por detrás no tuvieron esta vez a los McLaren, sino a los dos BMW de Robert Kubica y Nick Heidfeld, que relegaron a la escudería británica a un papel secundario. Heikki Kovalainen acabó quinto mientras que Lewis Hamilton reclutó un nuevo fracaso: se quedó clavado en la salida porque le saltó el sistema anticalado y acabó desquiciado en la 13ª posición. Fernando Alonso fue virtualmente engullido por el pelotón y pasó inadvertido y sin entrar en los puntos (décimo).

Hamilton obtuvo un nuevo fracaso: se quedó clavado en la salida y fue 13º

El británico estropeó su alerón al embestir por detrás al Renault del español

Tras no haber concluido las dos primeras carreras, Massa necesitaba una victoria sin paliativos como la de ayer. Ni siquiera su compañero de equipo, Raikkonen, se la discutió. El brasileño, de 26 años, realizó una buena salida, que le permitió colocarse ya por delante de Kubica, y comenzó a tomar distancias desde el primer momento. Por detrás, Raikkonen se arriesgó a realizar un difícil adelantamiento al polaco, tras ir en paralelo con él durante dos curvas, y puso de manifiesto que Ferrari buscaba en el circuito de Sakhir lo que se le había escapado, por un error de Massa, en la cita de Malaisia. Allí, la marca italiana demostró ya una superioridad increíble sobre todos sus adversarios. Y, por fin, ayer consiguió concretarla en la clasificación final.

La sexta victoria de su carrera le llegó a Massa en uno de los momentos en que más la precisaba. Los rumores sobre su salida de Ferrari, sólo acallados por Michael Schumacher la semana pasada, se habían multiplicado después de que no consiguiera puntuar en ninguna de las dos primeras carreras: en Australia rompió el motor y en Malaisia se salió de la pista de forma incomprensible cuando iba segundo y superaba en 20 segundos a su más inmediato seguidor. "Ha agotado los comodines", había dicho de él Schumacher. Pero ayer consiguió que los abrazos se multiplicaran en Ferrari y que toda la escudería pudiera mirarle con orgullo.

La carrera fue anodina porque apenas ocurrieron cosas tras la salida y las dos primeras vueltas. Las paradas en boxes no cambiaron ninguna situación ni permitieron esta vez que Raikkonen pudiera superar como en Malaisia a su compañero. Las únicas incidencias se habían producido en la salida, cuando el coche de Hamilton se había quedado trabado porque intentó acelerar con lentitud al encontrarse más grip del esperado y con tan pocas revoluciones que casi se le para. Se le disparó el sistema anticalado y se quedó en punto muerto. Cuando arrancó, se encontró por detrás de Alonso. Y entonces buscó desesperadamente pasarle. En vez de eso, le tocó dos veces por detrás y se salió de la pista. Estropeó su alerón delantero y tuvo que entrar en boxes, con lo que pasó a ocupar la 18ª posición y arruinó su carrera.

Para Alonso fue un mal día porque pudo constatar de nuevo que el nivel de su Renault está incluso por detrás del de los Toyota cuando no consiguió superar a Timo Glock en la parte final. Es cierto que su alerón trasero quedó algo tocado. "Pero ése no fue el problema. El coche funcionaba igual y por eso no tuve que parar", confesó el español.

Fue, eso sí, una jornada mucho peor para McLaren, que tuvo que constatar que BMW no sólo les ha alcanzado, sino que incluso les ha superado. Kovalainen nunca pudo luchar contra los BMW y Hamilton no tuvo ocasión. La firma alemana ha dado un salto espectacular y ahora mismo es la que más cerca está de Ferrari, a la espera de que McLaren presente la gran evolución que tiene preparada para Barcelona. Entonces están convencidos de que volverán a plantar cara a Ferrari.

Los primeros del Gran Premio de Bahrein en lalistaWIP