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Benidorm no tiene donde aparcar

La falta de aparcamiento en Benidorm es una de las asignaturas pendientes del Consistorio para completar una oferta atractiva para la masa de visitantes que acoge la ciudad. El Ayuntamiento no solo suspende en esta materia, según se desprende de un estudio del departamento municipal de sociología, sino que las escasas plazas que promociona las deja luego en manos privadas, preferentemente de los hoteles.

El gobierno del PP lanzó un ambicioso o proyecto denominado Plan Futura 2000, que pretendía la construcción de seis aparcamientos subterráneos en una primera fase, en la que se crearían 2.000 plazas y que ya debiera estar acabada, y otras 13.000 en una segunda fase que finalizaría en 2012. Todos en suelo público. Ocho años más tarde, solo están acabados tres de los seis proyectos previstos inicialmente, con 429 plazas de rotación, la mayoría compartidas con un supermercado, un número muy alejado del anunciado. Otras 1.073 que formaban parte del plan han sido cedidas por la empresa constructora a particulares, la mayoría de ellos hoteles, lo que las deja fuera de la rotación. El gerente de Asier, José Lecuona, considera que aunque la adjudicación es por 75 años, "la tendencia de los Ayuntamientos es a regularizar la firma y que con el tiempo pasen a ser privados".

Benidorm, que cuenta con cerca de 50.000 vehículos censados y un movimiento anual de entrada por la autopista de 4,7 millones de vehículos, intentó corregir hace diez años este problema. La moción con la que el PP planteó el Plan Futura 2000 en junio de 1998 relacionaba la carencia de aparcamiento con el proyecto del Parque Temático Terra Mítica, que "propiciará el contacto con un estrato turístico familiar que se desplazará a la ciudad generalmente por carretera y con vehículo propio y agravará la situación". Pero la privatización de las plazas impide su uso por parte de los turistas. Éstos siguen gastando su preciado tiempo de ocio en dar vueltas y vueltas hasta aparcar el coche.El plan diseñado por el Ayuntamiento de Benidorm en 2000 para contrarrestar la carencia de aparcamiento público en la ciudad pasaba por dejar en manos de una empresa privada la realización y explotación de las nuevas instalaciones en suelo público, con una cesión por espacio de 75 años. Al concurso se presentaron dos empresas y tan solo fue aceptada la propuesta una unión temporal formada por las sociedades Lain y Asier, que en un primer momento ya declararon inviables los emplazamientos de plaza del L'Infant y de la plaza de Neptuno, lo que obligó a modificar el contrato el 18 de abril de 2000 para cambiarlos por el de la avenida Tomás Ortuño. Todavía hoy no han empezado las obras. El primer gran proyecto, el de la avenida de L'Ametlla de Mar, debía tener tres plantas y 359 plazas, pero problemas técnicos -está muy cerca del mar- variaron el proyecto a un solo sótano con capacidad para 129 vehículos. El Consistorio modificó de nuevo el proyecto y permitió a la UTE que construyera el resto de plazas previstas para este sector en la calle de Gerona, mucho más rentables. De hecho, las 400 plazas con las que cuentan los tres tramos del aparcamiento Gerona-Derramador son de uso privado para los hoteles que pagaron por ellas.

Oposición vecinal

Los vecinos se manifestaron en múltiples ocasiones contra estos proyectos cuando ya estaban en marcha, lo que complicó algunos sectores. La férrea oposición de los vecinos de la plaza de España a las obras hizo al gobierno local desistir de construir del proyecto en esta zona. En el aparcamiento de Foietes, otro de los incluidos inicialmente en Futura 2000 para las familias que llegaban a pasar las vacaciones, figura un gran cartel de "parking privado". Nadie, excepto los hoteles y particulares, puede aparcar en las 273 plazas de esa zona pública. Al igual que en el caso de la calle de Gerona, la empresa adjudicataria ha vendido las plazas a los vecinos y hoteleros de la zona para financiar su construcción. El último aparcamiento que ha abierto sus puertas ha sido el del mercado central. De las 700 plazas, solo 300 son de rotación, y las utiliza para sus clientes el Mercadona instalado en el sótano.

PP y PSPV aprobaron en el pleno de ayer la modificación del proyecto del aparcamiento de Tomás Ortuño, que contará con 600 plazas. En este caso el 55% serán vendidas, y el 45% restante de rotación.

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