_
_
_
_

Las diez grandes del teatro crecieron un 36% desde el cambio de Gobierno

21 compañías gallegas ya superan los 100.000 euros de facturación anual

El primer autoexamen de la política gallega en materia escénica da para estar "francamente contentos", según el director del Instituto Galego de Artes Escénicas e Musicais (Igaem), Miguel Martín. Entre 2005 y 2007, la media de ingresos brutos anuales de las diez primeras compañías de teatro de actor -de Teatro do Atlántico a Sarabela- pasó de 165.750 a 226.065 euros. Hoy son ya 21 las que superan los 100.000 euros de facturación.

En la comparativa habitual para medir el crecimiento de un sector, el balance de legislatura que prepara el Igaem, dependiente de la Consellería de Cultura, incluye variables que dimensionan la bonanza. Al margen del espejo estatal, los gastos salariales superan el 38%.

También las ayudas a la producción se han triplicado desde los 460.677 euros de 2005, con un ligero aumento de la cobertura media por proyecto subvencionado (25.000 euros en 2007). Magia, danza, circo y música se benefician de la ampliación del paraguas administrativo a otras disciplinas.

En la previsión de este año, la música absorberá el 40% de 1.600 funciones. Las actuaciones se desarrollarán entre la Rede Galega de Auditorios (RGTA), la Rede de Música ao Vivo y las nuevas salas privadas creadas desde 2006. La RGTA incluye Teatro Colón, el García Barbón y 48 locales más de exhibición, en convenio con los ayuntamientos. Las nuevas redes privadas son cinco espacios escénicos de vocación alternativa; la Rede Galega de Música ao Vivo incorpora 47 salas más. En conjunto, las de teatro crecieron en un 50%, mientras las de magia y música se multiplican por 4 y 20, respectivamente. Para ganar visibilidad, la apuesta pasa por reducir espectáculos e incrementar el número de funciones.

"Hay más dinero, pero somos más a repartir". La frase, en boca de la gente del teatro en un año donde se prometieron resetear los cimientos de la política cultural -desde el primer plan escénico a la Axencia Galega das Industrias Culturais, que debería superar el trámite parlamentario en julio-, oculta un cierto temor al posible adelgazamiento del teatro, sujeto históricamente a una idea de militancia.

Para Martín, discutir si en Galicia hay que dedicar dinero a la música, o a danza y circo, "no cabe en la cabeza". Tras un pequeño ruido inicial, Escena Galega, que agrupa a la mitad de las 60 compañías teatrales del país, y la Asociación Galega de Actores aprobaron las hechuras del plan escénico.

"Venimos de una época de reparto de la miseria, pero ahora la iniciativa del sector es cosa de todos", afirma el director del Igaem. Ante un panorama de cambios inmediatos, la discusión sobre el reparto de papeles entre teatro institucional -el nuevo modelo para el Centro Dramático se precisará en octubre-, comercial e independiente parece haber perdido rispidez. Obras como Imperial, Café cantante, de Teatro do Noroeste, o Noite de Reis, el Shakespeare de Quico Cadaval que abrió el curso en el CDG, caminan en esa dirección.

122 clientes por función

La bibliografía sobre qué público acudirá a qué teatro gallego es vieja, pero la publicación de los datos de asistencia a espectáculos escénicos y musicales viene de 2006. Una media de 122 espectadores en las 688 funciones de la RGTA en 2007 y de 46 en los 798 conciertos de la Rede Galega de Música ao Vivo, lastrada por la capacidad de las salas.

La presencia en el mercado exterior es una de las apuestas más claras de la nueva política teatral. En el primer trimestre de 2008, las compañías gallegas ya han realizado 140 montajes fuera de Galicia, más que en todo el año 2006.

Pero la "revolución", dice Martín, se conocerá en junio, cuando acabe de ajustarse el primer convenio laboral de la escena gallega. "Hay mucha economía sumergida... Se podría decir que un 40% de los sueldos se cobran en dietas. Habrá discusiones, pero regularemos las reglas de un mercado laboral".

El Estado aporta el 0,5%

La cuestión del dinero en la cultura es delicada en sí misma, pero admite comparaciones. Sólo el Institut Català de les Indústries Culturals, uno de los modelos de la futura Agadic, tiene un presupuesto de 70 millones de euros (la Consellería de Cultura dispone de 160 millones este año). "Cataluña triplica la población gallega, sí, pero el Mercat de les Flors (equivalente del Centro Coreográfico Galego) dispone de 2 millones de euros de fondos estatales, mientras el CCG no dispone de nada", señala Martín.

Ésa es una de las cuestiones que, segundo afirma el director del Igaem "no se pueden entender". "El Ministerio nunca ha aportado fondos en ninguna Feira Galega do Teatro, por ejemplo". Galicia sólo recibe un 0,5% de las subvenciones del Estado para artes escénicas y musicales. Madrid y Cataluña concentran el 80% de las ayudas y, según Martín "hay alguna compañía de Madrid o Cataluña que recibe más que todo el teatro gallego junto".

El responsable del Igaem sostiene que deberían aplicarse las reglas del reparto territorial como en Asuntos Sociales. "Si una compañía de fuera llega aquí subvencionada y con el espacio gestionado, también podríamos estar hablando de dumping cultural", dice Martín.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_