La franquicia toma las calles

Las franquicias están cambiando a ritmo de vértigo la fisonomía de las calles españolas. En las principales arterias comerciales de Madrid, Barcelona, Valencia o Bilbao, las tiendas afiliadas a una marca ocupan ya casi todos los lugares destacados. Gimnasios, lavanderías, bares de tapas... La franquicia supone ya el 15% del comercio minorista en España. El sector facturó el año pasado 24.676 millones de euros, un 5% más que en 2006, según cifras difundidas esta semana por la Asociación Española de Franquiciadores (AEF). No sólo aumentó la facturación; también crecieron el número de enseñas franquiciadoras, el número de establecimientos y los puestos de trabajo.

"Una vez más, el sistema de franquicias demuestra que ya ha alcanzado la madurez en España y que está totalmente consolidado", afirma Xavier Vallhonrat, presidente de AEF. "A pesar de la situación de crisis que atravesamos, la franquicia no se ve afectada en su conjunto; al contrario, sale reforzada". Vallhonrat piensa que si algo resiste bien una crisis, es la franquicia: "Es un seguro en tiempos complicados", asegura. La excepción es el sector inmobiliario, que cerró 656 locales en 2007.

Las agencias inmobiliarias han sido la excepción en un buen año para las franquicias. El año pasado cerraron 656 locales en España

Eduardo Tormo, presidente de la consultora Tormo & Asociados, piensa que la franquicia aguantará bien el embate de la crisis en 2008. "El sistema de la franquicia está bien armado", afirma Tormo. "En EE UU siempre se dice que las franquicias crecen más sólidamente en tiempos de crisis. Yo creo que en España seguiremos creciendo, pero será un crecimiento más moderado".

Tormo opina que las unidades franquiciadas, es decir, los propietarios de las tiendas, serán quienes más noten el retraimiento del consumo este año: "Tendrán beneficios, pero serán inferiores y tendrán que hacer un mayor esfuerzo para conseguirlos". A su juicio, 2008 es un año de oportunidades para los franquiciados, que pueden negociar a la baja el precio de los alquileres de los locales.

A pesar del éxito que la franquicia ha tenido en España, Vallhonrat cree que todavía hay sitio para más. En EE UU, subraya el presidente de la AEF, la fórmula representa ya un 55% del comercio al por menor. ¿Dónde está el techo, entonces? "Dependemos de las fluctuaciones de la demanda, de lo que la sociedad quiera consumir, y de la respuesta del empresario", responde. "Creo que un techo del 30% o el 40% sería más que satisfactorio para España".

Vallhonrat cree que las franquicias no acabarán con el pequeño comercio y que éste sobrevivirá si se especializa. "Seguirá existiendo ese sastre especialista que sabe cómo cortar esa tela, seguirá existiendo aquella tienda de comestibles que tiene todas las referencias del mundo y está especializada", opina el presidente de la AEF.

Tormo se resiste a vaticinar qué sectores de la franquicia tienen más futuro -"prefiero hablar de empresas, más que de sectores", dice-, pero subraya que las energías renovables y todos los servicios tienen un enorme potencial de crecimiento.

Se dice que las franquicias hacen iguales a las ciudades, que Londres, París o Barcelona se parecen cada vez más unas a otras. "Se critica a las franquicias igual que se critica a los centros comerciales por tener siempre las mismas marcas", se defiende Vallhonrat. "Pero la pregunta que yo me hago es: ¿no será que el consumidor quiere las mismas marcas en todas partes? Al final es el consumidor el que manda".

Las franquicias españolas son cada vez más competitivas internacionalmente. Según Tormo & Asociados, 143 franquicias españolas tienen presencia en el extranjero, con 7.763 establecimientos por todo el mundo. "Aquí nos teníamos que quitar de encima el miedo a salir y creo que ya nos lo hemos quitado", dice Vallhonrat.