Cuatro rostros para 'Nubila'

En principio es un torrente en forma de monólogo, un texto singular que ya fue premiado en la primera edición del certamen conjunto entre Escena Contemporánea y Casa de América para dramaturgias no convencionales. Nubila es un título abreviado del original: La pasión anotada de Nubila Wahlheim, donde la creadora escénica Angélica Liddell (Figueres, Girona, 1966) volcó sin contención alguna un intenso drama interior.

El director teatral Adolfo Simón reúne en escena a Clemente Beltrán, Nacho Camarero, Gerardo de Pablo e Itziar Ortega en un intencionado desdoblamiento del personaje básico original: son cuatro actores poliédricos que mediante la palabra y una intensa gestualidad transmiten con emoción y fuerza las circunstancias desgarradas y oscuras de Nubila. Un comprometido trabajo del elenco en esta rara pieza de la que, no sin cierta ironía, la profesión llama "la PJ Harvey de la escena española".

Tensión, deseo y metamorfosis son conceptos básicos de los personajes

Nubila tuvo unas fugaces y dispersas funciones, pero estas representaciones en la Sala Triángulo que comienzan hoy son para su director un verdadero estreno en toda regla y prolegómeno de una gira por varias provincias españolas.

La autora no vendrá al estreno madrileño (no ha visto este montaje y ella está en Bielorrusia de gira) y, de hecho, Simón no cree que le entusiasmaría demasiado: "Intuyo que no es un plato de gusto para ella. Es como un vómito; de hecho, ella no lo ha abordado en escena -gustándole como le gusta in-tervenir en sus propios mon-tajes-, lo que es una suerte para mí. Nubila es como si se diera la vuelta a la piel, a veces roza lo escatológico y otras roza el éxtasis con ese discurso incontinente. Ella construye una belleza dolorosísima". La obra tuvo su debú en la Sala Triángulo en el pasado mes de noviembre.

Adolfo Simón, con trayectoria de más de 15 años dirigiendo teatro, siempre ha trabajado con autores contemporáneos como punto de partida: "Antes, sólo había tenido una experiencia similar con dos textos de Rodrigo García. Angélica representa a esas mujeres obsesivas, necesitadas de exponer lo íntimo y en el fondo frágiles, pero cubiertas de una fuerte coraza para afrontar este mundo de horrores en que vivimos".

El texto -cuyo más remoto y explícito título fue Monólogo necesario para la extinción de Nubila Wahlheim-, explica Simón, "es una voz que se multiplica, construye y deconstruye, una multiplicidad que revela su rabia, su pasión por la belleza, y eso no se resuelve con una actriz sobre la escena, sino dándole una visión caleidoscópica".

Tampoco pudo el regidor consultar a Liddell durante el proceso de montaje: "Ella estaba entonces enfrascada en el montaje del Centro Dramático Nacional (CDN) Perro muerto en tintorería: Los fuertes, en la Sala Valle-Inclán [antiguo teatro Olimpia], y apenas intercambiamos unos correos".

Pero hay unas certeras frases de la autora acerca de la génesis de Nubila que pueden, si se quiere ver así, definir su controversial estética: "No puedo trabajar sin contar una historia, sin un hilo narrativo. Necesito aplicar los conceptos clásicos para expresar algo (...). Para mí hay tres conceptos fundamentales, que son la tensión, la metamorfosis y el deseo de los personajes".

Nubila. Sala Triángulo (Zurita, 20. Teléfono 91 530 68 91). Del 19 al 30 de marzo. A las 20.00.