_
_
_
_
_
Crónica:28ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Simão también existe

El portugués dirige la victoria del Atlético ante el colista, un digno Levante al que acabaron fulminando Forlán y Agüero

Va a resultar que el Atlético es algo más que Agüero y Forlán. Al menos, si se enfrenta al colista. Porque Simão existe. Lo descubrió ayer el Atlético, que resolvió su compromiso ante el último de la fila, un Levante al que le sobran dignidad e inocencia y le faltan artillería y un portero. Nada extraño tratándose de un puñado de profesionales que cobran de cuando en vez, que hacen lo que pueden, buscando argumentos futbolísticos para salvarle la cara a un club que, si de sus directivos dependiera, debería estar en la cárcel. Descubrió el Atlético que Simão existe y a él se agarró para abrir la lata y defender su cuarto puesto. El portugués encabezó la rebelión cuando el Atlético estaba atascado y el resto quedó en manos de Forlán y Agüero. Palabras mayores.

ATLÉTICO 3 - LEVANTE 0

Atlético: Abbiati; Antonio López, Perea, Pablo, Pernía; Luis García (De las Cuevas, m. 63), Cléber, Raúl García (Camacho, m. 56), Simão (Jurado, m. 83); Agüero y Forlán. No utilizados: Leo Franco; Eller, Reyes y Mista.

Levante: Kujovic; Descarga, Armando, Serrano, David; Juanma, Javi Fuego, Berson (Saúl, m. 76), Rubiales (Pedro León, m. 60); Geijo (Iborra, m. 67) y Riga. No utilizados: Reina; Robusté, Pla y Gaspar.

Goles: 1-0. M. 25. Simão, de cabeza. 2-0. M. 39. Simão se interna en el área y encuentra a Forlán, que sólo tiene que empujarla a la red. 3-0. M. 53. Forlán aprovecha un rechace de Kujovic tras disparo de Agüero.

Árbitro: Teixeira Vitienes. Amonestó a Berson.

Unos 35.000 espectadores en el Calderón.

La última vez que el Atlético jugó al fútbol tenía enfrente al Barça. Le fundió. Aquel día, en el eje del equipo se ubicó Camacho, un crío de 17 años que gobernó el partido sin hacer ruido. Por alguna razón, a Javier Aguirre, entrenador del Atlético, no le acabó de convencer el experimento. El mexicano prefiere que en la sala de máquinas del equipo se maneje Cléber, un futbolista que se entrega, a qué negarlo, pero cuya imaginación aún está por descubrir. A los cinco minutos había tocado tres veces el balón. Con éxito, además. Un pase a Pablo, otro a Perea, otro a Pernía... Tres pases hacia atrás. Con valentía, sin duda.

Y como Cléber juega al revés y Raúl García se atreve cada vez a menos cosas, pues el Atlético tardó en arrancar. Le ocurre, quizá, a García que está aterrorizado, lo que no es de extrañar teniendo en cuenta que a su espalda figura ni más ni menos que la defensa del Atlético, capaz de encajar un gol cuando el balón está en el área rival. Con prudencia actuó Raúl y el equipo, cierto es, vivió la noche más plácida de su historia reciente. Porque le bastó con una arrancada de Forlán para resolver el conflicto. El uruguayo, cuya ascendencia en este Atlético es salvaje, arrancó por la izquierda, desequilibró a un par de rivales y puso el balón abajo, a la llegada de Agüero. Logró Serrano evitar el remate del Kun, pero el balón voló rebotado a la cabeza de Simão, que superó a un Kujovic que no se enteró de nada. Al contrario que su colega Abbiati, que por entonces ya había resuelto dos andanadas del Levante y aún tuvo tiempo de rechazar un disparo de Riga desde el punto de penalti.

Abbiati frustró al Levante, que encaró el partido de frente y se fue de él goleado pero con la frente bien alta. Porque Simão, que tuvo un rato maravilloso, se inventó una obra de arte por la izquierda que Forlán culminó desde el punto de penalti. Al Levante no le quedaba más que aguantar el chaparrón. Y, por qué no, rezar para que no apareciera Agüero. Apareció. El Kun se hizo presente como acostumbra, se ató el balón al pie, se puso a esquivar sombras y acabó la tarea con un violento zurdazo que Kujovic se quitó de encima como pudo. Al rechace llegó Forlán, que empujó para firmar el doblete. A partir de entonces, el Atlético se limitó a gustarse, sin abusar de un rival que se sabe de Segunda. Y se puso a tocar, aquí y allá, ya con Camacho al mando. Y tocó y tocó el Atlético. Por entonces, hasta Cléber tocaba en el Atlético.

Luis García felicita a Forlán tras conseguir uno de sus goles.
Luis García felicita a Forlán tras conseguir uno de sus goles.ÁLVARO GARCíA

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_