Juan Vidal quiere imponer su seda
El diseñador alicantino sigue buscando su lugar en la moda española
De padres sastres, y con el hilo y la aguja en su idiosincrasia desde el primer minuto del partido, Juan Vidal jamás tuvo otra opción que ser diseñador de moda. A los 15 años, este alicantino ya trabajaba sobre vestidos de novia para las clientas del taller familiar. Estudió en la Escuela Superior de Diseño Felicidad Duce de Barcelona y empezó a crecer en público, como muchos de sus coetáneos, en la feria Mercafad, en la que debutó en 2005. Luego llegó el Bread and Butter y la extinta Pasarela Barcelona, para culminar un proceso de desarrollo que parecía imparable con su primera colección completa de trajes de novia, presentada en la Barcelona Bridal Week. Retrataba una serie de trajes impecables confeccionados todos en seda 100% natural. "Siempre he querido dedicarme al diseño. Lo que más me gusta es trabajar seda. Me encantan los resultados, la espectacularidad, la sutileza y el brillo".
"Un joven diseñador hace lo que puede. No lo que quiere"
En su última colección las mujeres son vistas como ninfas
En el reciente devenir profesional de Vidal, las cosas han seguido realizándose en seda, pero no exactamente como la seda. "Cada vez se me hace más cuesta arriba intentar salir adelante con mi propio nombre, puesto que no hay una industria que nos apoye detrás, por lo que a veces me vengo abajo. De todas formas, no sabría qué hacer si tuviese que dejar el diseño", confiesa el creador, quien a medida que mejora su trabajo sobre las formas, los colores, los volúmenes y el concepto de mujer, su posicionamiento comercial y de visibilidad parece venirse un poco abajo.
"Todo parece estar en stand by, esperando algo, intentando seguir adelante y encontrándome con muchos problemas para desarrollar mi trabajo", dice Vidal, quien acaba de participar en esa mezcla de gran idea y plan B de urgencias que es el showroom barcelonés 080. "Me hubiese gustado desfilar, pero hemos tenido que pasar castings y no todo el mundo ha podido llegar. Después del certamen, me he puesto con la siguiente colección. A ver qué sucede. Hay que seguir intentándolo. No sé hacer otra cosa".
En el 080, Vidal ha presentado su colección de otoño invierno 2009, una serie de deliciosas piezas basadas en "los nenúfares, las mujeres vistas como flores acuáticas y las ninfas. También hay referencias a Monet y a sus cromáticos estanques y reflejos", explica el alicantino. Esta apuesta significa un cambio considerable en relación a su colección primavera-verano 2008, concebida tras el visionado de un viejo filme erótico y repleto de señoritas de vida disoluta que parecen sacadas de una versión de El largo y cálido verano dirigido por John Cassavettes. Mujeres que jamás se querrán casar para un diseñador que sigue ahondando en el terreno del traje de novia. "Me encanta que parezca que mis mujeres no se quieran casar con nadie. El referente en esa ocasión era una mujer independiente, respiraba el espíritu de Katherine Hepburn, y eso contradice quizás a la idea de una mujer que se quiere atar en matrimonio, pero es tan sólo una fuente de inspiración. Quería una chica libre en el día de su boda", declara.
Juan aún no ha cumplido los 30. Podríamos llamarle joven diseñador, y claro, como él explica: "Un joven diseñador hace lo que puede. No lo que quiere. Por eso mismo, el principal objetivo es intentar que el resultado final se parezca al 100% a lo que llevo en la cabeza". Paralelamente al diseño de sus colecciones, Juan es director creativo para una firma de calzado de la que no da siquiera el nombre. Según él, apenas se vende en España. "Con ellos llevo las mismas temporadas que con mis colecciones. La evolución, desde que estoy embarcado en su proyecto, se ha notado en las cifras de ventas y en la calidad del producto. Con mi ropa, supongo que, si tuviese capacidad para una gran producción, tal vez hubiese notado lo mismo".
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