Reacción de última hora

Los mercados de valores volvieron ayer a los resultados negativos, con lo que indican que los últimos acuerdos de los bancos centrales para sanear el sistema financiero ya han sido suficientemente descontados.

Para la Bolsa española, la existencia de tan importante colchón supone mantenerse en el entorno de los 13.000 puntos del Ibex 35, algo que ayer se consiguió a duras penas y en los minutos finales de la sesión.

El Ibex 35 cerró con un descenso del 0,44% y todavía por encima de los 13.000 puntos, aunque en los peores momentos del día -cuando el petróleo seguía subiendo, el oro marcaba máximo histórico por encima de los 1.000 dólares la onza, y el euro alcanzaba por vez primera un cambio de 1,56 dólares- llegó a caer el 2,15% y a situarse por debajo de los 12.850 puntos.

Aun así, la Bolsa española fue la que obtuvo el mejor resultado diario entre los grandes mercados europeos, cuyos descensos superaron ampliamente el 1%.

Este comportamiento tan errático de los mercados tiene su explicación en los indicadores económicos, empeñados en confirmar los peores pronósticos. La inflación subió en España hasta el 4,4% en febrero, coincidiendo la publicación del dato con algunas explicaciones del BCE sobre su política de tipos de interés y el peligro que representan las presiones sobre los precios a medio plazo.

En Estados Unidos fueron las ventas al por menor, también del mes de febrero, las que hicieron saltar algunas alarmas al caer el 0,6%, pero el mercado de valores interpretó el dato en forma positiva, por cuanto puede servir de presión a la Reserva Federal para que baje los tipos de interés.

En los mercados de deuda la situación parece algo más estable, aunque a lo largo de la semana las rentabilidades de los bonos han sufrido altibajos de cierta consideración.

La contratación en el Mercado Continuo fue de 5.160,21 millones de euros, de los que 4.401,29 millones se negociaron en el "mercado abierto".