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Los equipos reconocen al Tour el derecho de recusación

Carlos Arribas

Todos los equipos que participan en la París-Niza, carrera ciclista que se disputa esta semana, se han visto obligados a firmar un contrato en el que reconocen a ASO, la empresa organizadora de la prueba y también del Tour, "el derecho de recusación". Este derecho, que podrá ser ejercido hasta el comienzo de la prueba, permite a ASO recusar a un equipo completo o a unos corredores determinados "cuando exista un motivo legítimo para considerar que su presencia dañaría la imagen o la reputación de la prueba, así como la de los demás equipos y corredores".

Esta cláusula, que ASO ya ejerció de antemano vetando en la actual París-Niza al Astana de Alberto Contador, ganador en 2007, se complementa con otra por la que los equipos se comprometen a retirarse en pleno o a retirar a algunos de sus corredores mediada la carrera por el mismo "motivo legítimo" no especificado, que incluye también la mera sospecha de dopaje. Los equipos aceptan todas las condiciones conscientes de que tienen que pasar por este trágala si quieren correr el Tour, la única carrera que justifica la existencia de los más grandes por su repercusión mediática y deportiva.

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Los equipos concernidos se comprometen a limitar su poder de apelación al comité olímpico francés, ya que la París-Niza, como probablemente el Tour, se disputa bajo la única cobertura legal de la federación francesa. Por ello, la federación internacional la considera "salvaje" y ha anunciado sanciones a los equipos y corredores.

Castigo previo al Astana

El Tour anunciará las próximas semanas una primera lista de equipos participantes, que incluirá a 20 formaciones, dejando abierta la posibilidad de adjudicar posteriormente una 21ª plaza. Ninguna de ellas será para el Astana de Contador, también último ganador de la grande boucle, equipo al que el Tour castiga, según el director de ciclismo de ASO, Christian Prudhomme, por su pasado tormentoso cuando de su gestión se hacían cargo otros mánagers y no Johan Bruyneel, el actual.

Esta estrechez del Tour contrasta con la lenidad del Giro, prueba aliada en el enfrentamiento con la UCI, que admitirá en la Tirreno-Adriático a Danilo di Luca, pese a que el comité olímpico italiano le acusa de dopaje en el Giro, donde el Astana tampoco tiene invitación.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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