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ESTA SEMANA | ELECCIONES 2008
Columna
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Narcótico

Lo peor es que los resultados del pasado 9-M actúen como un perverso y poderoso narcótico que impida a los afectados ver debidamente la realidad. Y lo cierto es que nos disponemos a vivir un nuevo mandato con mayoría absoluta del PSOE en Andalucía. Cuatro años por delante de un Manuel Chaves que afronta, a partir de esta semana, la confección de un nuevo gobierno que puede que incluya algunas claves de cara al futuro de los socialistas en nuestra comunidad, o no, tal y como diría el mismo Rajoy. Pero no por ello debe olvidarse que ha de configurar un Ejecutivo obligado a responder adecuadamente a los importantes desafíos que tiene ante sí nuestra tierra, al margen de los requisitos territoriales y orgánicos que ha de manejar para formar a su equipo. Triunfo incontestable, en fin, que tienen derecho a disfrutar pero que tampoco debe impedir el ajuste fino que corresponda con tal de evitar que las grietas surgidas en Málaga y Almería se abran aún más. Eso sin olvidar que no pueden perder peso específico en el nuevo gobierno que configure Zapatero a favor de otros, como puede ser el caso de los socialistas catalanes, ávidos como están por hacerse, cuanto menos, con el Ministerio de Fomento, en manos, hasta ahora, de Magdalena Álvarez.

En el PP tienen razones para estar contentos. Mejoran notablemente, pero no deben olvidar un detalle. Y es que los andaluces siguen sin fiarse del todo de ellos. Igualmente, tienen que ser, y de hecho lo son, plenamente conscientes de que les esperan otros cuatro años en la oposición, con lo que eso quema, por lo que, aparte de diseñar una estrategia de control eficaz de la acción de gobierno, han de poner especial empeño en articular un discurso verdaderamente moderado, sin la incorporación de la mercancía "averiada" que le obligan a comprar otros, tal y como ocurre con la peregrina teoría del "régimen". Todo ello sin dejar atrás lo sustancial: no basta con apelar al cambio político, hay que asumirlo como propio para así preconizarlo después hacia los demás.

En IU, es meritorio el logro obtenido. No sólo mantienen posiciones, sino que, además, consigue escaño Diego Valderas, y para colmo, en medio de convulsiones internas muy severas. El político onubense se sitúa en primera línea para librar las batallas que sean menester en el seno de dicha formación. Aún así, debe perder el menor tiempo posible en esta tarea y dedicarse, más bien, a cerrar heridas de una vez por todas y hacer de IU, en efecto, una fuerza útil para los andaluces. Y en cuanto a los andalucistas, el narcótico es total. No salen del sueño profundo y lo peor es que ahora no tienen a un Pacheco que se precie para echarle la culpa de todo. Si siguen sin darse cuenta del pozo en el que han caído, nunca estarán en condiciones de recuperar el voto que otros le han arrebatado.

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