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ELECCIONES 2008 | Los líderes madrileños

Unos comicios cruciales para dos 'no candidatos'

Aguirre y Gallardón no se dejaron ver en público en Génova

Acudieron a votar como si se tratase de una elección cualquiera, sin más. Pero la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, y el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, sabían que del resultado de esas votaciones dependía su futuro, la posibilidad de realizar sus sueños, rotos después de que el presidente de su partido, Mariano Rajoy, decidiera no incluir a ninguno de ellos en la lista del PP a las generales. Gallardón dijo incluso que se replantearía su continuidad en la política tras estos comicios.

La presidenta votó después de unas monjas y antes que un motero con 'chupa'
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Llegó ella puntual a su cita electoral, vestida de gris perla. A las 10.30, en su colegio de siempre, el Pi y Margall, en la plaza del Dos de Mayo. Acompañada de amigos y del concejal de centro, José Enrique Núñez.

Llegó él, menos puntual y con traje verde. A las 11.15 (la cita era a las 11.00). También a su colegio de siempre, el San Mateo, a escasos metros de donde se encontraba su compañera de partido (y rival, tras haber mostrado sin complejos sus coincidentes ambiciones en la política nacional del PP). Acompañaban al alcalde, aparte del séquito de escoltas, su mujer, Mar Utrera, y dos de sus tres hijos.

A la presidenta la esperaban, aparte de los medios de comunicación, los padres y los niños del colegio Barceló, ataviados con camisetas para protestar por la situación del patio del centro. Escuchó sus reclamaciones, saludó y habló con todo aquel que se le puso por delante (señoras, niños, jóvenes...), mientras hacía tiempo para esperar a sus hijos, Fernando y Álvaro. Menos madrugadores, los vástagos de Aguirre llegaron con prisa, cara de sueño y hasta con el pelo aún pegado de la almohada.

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A Gallardón le esperaban decenas de fotógrafos y periodistas también, pero apenas se detuvo. Dio un par de manos fugaces y fue directo a la urna. El primero. Exhibió su papeleta popular, al sobre y... ¡adentro!, entre destellos de flases. Después votaron su mujer y sus hijos.

Aguirre emitió su voto justo después de unas monjas y antes que un motero con chupa de cuero que exhibía la pegatina del partido Rosa Díez (UPyD). Malasaña es lo que tiene. Con discreción, cogió sus papeletas, al sobre y... ¡también adentro! Más destellos de flases. Y después votó su hijo Álvaro. Fernando (el del pelo pegado) se abstuvo, al menos en ese momento.

Gallardón dijo: "Están el dolor y la tristeza en todos los ciudadanos, tenemos que seguir el camino del ejercicio democrático".

Y ella afirmó: "Por desgracia, en lugares como el País Vasco, no se vota aún con libertad".

Después, el alcalde se fue a tomar un caldito. Y la presidenta, un café. Cada uno con los suyos. Gallardón se fue a su casa y ella también, aunque antes se dio una vuelta por Villaverde. Anoche volvieron a encontrarse en Génova, a la espera de unos resultados que, sin haber sido candidatos, determinarán su futuro. Ninguno de los dos se dejó ver en público en la sede de los populares. No trascendió lo que tramaban en los despachos.

Arriba, Esperanza Aguirre, en el momento de votar. Abajo, Alberto Ruiz- Gallardón, asomado a la ventana en la sede del PP. 
/ luis sevillano
Arriba, Esperanza Aguirre, en el momento de votar. Abajo, Alberto Ruiz- Gallardón, asomado a la ventana en la sede del PP. / luis sevillanoEFE

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