De plintos, orlas y gimnasios en la fiesta democrática

La celebración de la democracia es una verbena de barrio. El del sufragio debe de ser el único pilar fundamental de la sociedad democrática que se ejerce en un contexto tan de quita y pon. Tan, en suma, descontextualizado y alejado de la solemnidad arquitectónica de ministerios, juzgados o parlamentos. Así, durante el día de ayer, mayores, jóvenes, inmigrantes y políticos pasaron parte de la jornada entre freidoras arrinconadas, orlas, probetas, microscopios y plintos echados a un lado, carteles mal escritos en folios y en rotulador gastado, pósters de la abeja Maya a punto de descolgarse y aulas de infantil convertidas en almacenes de urnas. Y todos ellos, la mayoría de los cuatro millones y medio de madrileños que estaban llamados a las urnas de 984 colegios electorales, tuvieron que ponerse a la cola, porque la participación desbordó las previsiones y superó en Madrid la de las últimas elecciones generales.

- El sufragio y la muerte. Matilde Martín Carrillo, de 89 años, tenía que votar en la mesa U. Estaba esperando en la cola del colegio San Alberto Magno (en el distrito de Carabanchel) cuando sufrió un mareo. "Le hemos ofrecido una silla, pero se ha puesto cada vez peor", explicaba ayer Jesús, el encargado del colegio. Los policías la trasladaron a un vestuario y avisaron al Samur. "Hemos visto un gran revuelo. Han llegado tres ambulancias y muchos sanitarios", añadió una vecina. Los médicos intentaron reanimar a Matilde Martín durante 35 minutos, pero al final falleció. Tenía antecedentes de hipertensión. Había acudido a las urnas con su hermana, de 87 años. "Las dos iban muy elegantemente vestidas. ¡Qué pena que no haya podido ni votar!", añadía una conocida. La mujer residía en la avenida del Manzanares desde hacía "muchos años", según explicaban sus vecinos. Llevaba largo tiempo viuda. Su marido era un veterinario jubilado.

- Pintadas y silicona. Cinco colegios de Getafe y nueve de Leganés amanecieron con las puertas selladas con silicona. La policía local logró abrirlas y no se retrasó la apertura. La sede del PP de Latina (2.500 afiliados), en la calle de Latina, 7, amaneció con una pintada en rojo: "Cabrones. Fachas. Votad IU". Sus autores también quemaron una bandera española.

- A la cola. Cerca de una hora estuvo Mercedes esperando en una cola del colegio de la Paloma, en Latina. En la plaza de la Paja, la línea humana traspasaba las puertas del colegio San Ildefonso y llegaba a la calle. Lo mismo ocurrió en colegios de Chueca y en el Ministerio de Educación. "No había visto tanta gente nunca. Supera la de las últimas elecciones, seguro", sostiene un policía nacional en la puerta del colegio Loreto, en el barrio de Salamanca. La participación en la región le dio la razón.

- Mañana encanecida. "Como comprenderá, joven, yo a mi edad ya tengo muy claro lo que quiero". Pero, aferrada al bastón, no revela, "ni en broma", a quién votará y, ni siquiera, cómo se llama, "que luego sale en el periódico". Sólo dice que tiene 80 años y que, "sí, que Zapatero habla muy bien", pero que "ya veremos si es capaz de arreglar todo esto". Ah, y que España necesita al PP. Su voto es secreto.

La mañana es de los mayores. En los colegios de Centro se imponen las canas, los bastones y alguna silla de ruedas. Y eso provoca, dicen, el temible culo de urna para la izquierda. A la hora del recuento, el voto conservador pega una subida en las postrimerías del recuento. Por la tarde, después de la siesta y la resaca, llegan los votantes de menos de 30. "Hace un rato que me he levantado, tronco", dice Jorge, de 18 años, impostando un canallismo juvenil a las puertas de un colegio de Ciudad Lineal. "Yo voto al PSOE".

- A cada uno lo suyo. "Si cuando eres joven votas a la derecha, no tienes corazón; y si cuando eres mayor votas a la izquierda, no tienes cabeza". Se lo dice sonriente un jovencito interventor del PP de lacia melenilla en un colegio de Latina a sus amigos. Carcajadas.

- La primera vez. Más precoz, casi imposible. Guillem Blázquez, que estudia primero de bachillerato y se perfila como director de cine, cumplió el día 8 la mayoría de edad. Y al día siguiente, es decir, ayer, se estrenó como elector. "He votado por la mañana. En Paracuellos. Al PSOE". "No lo tenía claro, pero no me gustó cómo argumentó Rajoy en los debates. Se ha dedicado sólo a recriminar, y conmigo no encaja eso".