Validado el voto de un muerto
Con lluvia intermitente y tiempo desapacible los orensanos votaron masivamente durante la mañana de la jornada electoral -situando la participación más de dos puntos por encima de las elecciones de 2004- sin que se registraran más incidentes que el derivado del voto de un muerto. La defunción de un vecino de Tosende (Allariz), que había participado por correo, ocurrió una vez abiertos los colegios electorales y la junta orensana dio, por tal motivo, válido el sufragio. "Sería distinto si hubiera fallecido días antes", señaló un portavoz de la Junta.
La calma fue la tónica, incluso en la mesa de Pumar del Ayuntamiento de Arnoia, en donde gobierna con mayoría absoluta el vicepresidente de la Diputación, Rogelio Martínez, que en las municipales del año pasado fue impugnada por "fraude" en el escrutinio del voto de la emigración, lo que obligó a repetir los comicios. Por lo demás, se produjo el habitual acarreo de votantes a cargo de concejales del grupo de gobierno, abundaron los votantes de avanzada edad y al regidor no se le vio en toda la mañana. Rogelio Martínez no sólo no se jugaba la alcaldía en esta ocasión, sino que el voto de la emigración se centralizó en Ourense. "La última vez nos enteramos ya tarde de que 27 votos que habían salido de Uruguay no llegaron jamás a España", lamentaba el portavoz socialista, Jorge Rodríguez.
Tanto él como el representante del BNG, Santiago Rodríguez Alberte, sí acudieron a la mesa de Pumar y dieron cuenta de la tensión política en el municipio. El alcalde deberá declarar en breve ante el juez, imputado por los delitos de falsedad en documento público y malversación.
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