Alberto y "Manolo" van a la Cañada
Pizarro promete aplicar en toda España la política de Aguirre y Gallardón
Surcó ayer el autobús de Mariano Rajoy la Cañada Real. La gente salía a la puerta de casa a ver la caravana, escoltada por la policía, que atravesaba el poblado ilegal. Pero él, el candidato, sólo estaba en la foto gigante que envuelve el autocar. Dentro del vehículo iban su número dos y el que un día quiso serlo. Manuel Pizarro y Alberto Ruiz-Gallardón, que por primera vez coincidieron ayer en un acto oficial de campaña. Se dirigían a la planta de tratamiento de residuos de Valdemingómez. Y compartieron la excursión en compañía de la concejal de Medio Ambiente, Ana Botella; el vicealcalde, Manuel Cobo, y a última hora, el presidente del PP madrileño, Francisco Granados.
El morbo estaba servido. El ex de Endesa ocupa ahora el puesto con el que Gallardón llevaba soñando meses. Era su primer "acto importante juntos", en palabras de Pizarro. Y una de las escasas apariciones que Gallardón realizará en Madrid durante el exilio al que ha sometido su actividad en la campaña.
Pero en plena huelga de recogida de basura y en el escenario perfecto para hablar de logros medioambientales, los dos se lanzaron elogios cruzados. El alcalde se cuidó de no entrar en los dobles sentidos que últimamente incluye en sus discursos.
El de ayer fue serio, sereno y aburrido. La concurrencia, unos 100 jubilados de distintos distritos, se dormía. Apenas logró arrancarles un aplauso en lo que pretendía ser un mitin electoral, con música a todo trapo incluida, con el fichaje estrella del PP. Y el alcalde, como militante histórico del partido, quiso hacer de buen anfitrión con el recién llegado a casa: "Milito en el PP desde el día que se fundó, pero la antigüedad no es un grado, los partidos se tienen que abrir".
Y así, llevándose sólo el aplauso del honor, el de la clausura de su parlamento, y olvidándose en primera instancia de presentar a "Manolo" (Pizarro), subió a escena el número dos, que ayer hacía las veces de número uno.
Y éste sí consiguió despertar a los jubilados. "Hombre, es que teníamos acciones de Endesa y se portó muy bien", decía Pilar, una de las militantes del auditorio. Así, Pizarro recordó que fue el padre de Gallardón quien tuteló la entrada en política de aquel grupo de "jóvenes" entre los que estaban el alcalde, Aznar, Rato o Loyola de Palacio. Recordó que a Botella él siempre la conocerá como "la madre de Ana". Y tiró por la calle de en medio para explicar lo que piensa hacer si Rajoy gana el domingo: "Lo digo sin ningún complejo", lo que hará el PP cuando llegue al poder "es lo que se hace en la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid" y "con eso vamos al fin del mundo".
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