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Entrevista:ELENA ESPINOSA | Ministra y candidata del PSOE por Ourense

"Baltar impidió el desarrollo de Ourense para tenerla bajo su control"

Elena Espinosa (Ourense, 1960) aplaude la gestión del bipartito en la Xunta, pero pone coto a la oferta condicionada del BNG para un posible pacto de gobierno con el PSOE. Espinosa matiza que no se puede aplicar la clave gallega al contexto nacional.

Pregunta. Tiene fama de discreta pero una trayectoria que evidencia carácter. Fue presidenta del Puerto de Vigo en plena reconversión industrial.

Respuesta. Cuando me hice cargo del Puerto de Vigo no sólo tenía 28 años, sino que era mujer y, además, no era ingeniero de caminos, sino economista, así que fue difícil. Además, me tocaron las dos grandes modernizaciones del sector portuario español y Vigo era un referente en España en conflictividad. Hubo grandes presiones de los sindicatos, especialmente de la CNT, pero hicimos una planificación del puerto para muchos años. Creo que eso me dio un conocimiento exacto de la economía de Galicia y hubo que conciliar intereses muy dispares y, desde luego, eliminar muchos privilegios inimaginables.

"La derecha tiene unas condiciones retrógradas, no es centro derecha"
"La protesta de 'Galiza non se vende' fue minoritaria; nos ha dado más fuerza"
"No entiendo la postura del BNG en una polémica irreal como la del vino"

P. En el ecuador de la legislatura, el bipartito es cuestionado por las bases progresistas, las mismas que salieron a la calle contra la gestión del Prestige.

R. Es curioso que cuando no se hizo nada no se dijera nada. Todos sabemos lo que hizo el PP en el rural, perjudicando el medioambiente, los recursos pesqueros y la sostenibilidad, y nadie se movilizó. En cualquier caso, la protesta de Galiza non se vende fue muy minoritaria: recuerdo manifestaciones de 300.000 personas en Galicia. Pero creo que esto ha servido para dar más fuerza a las consellerías para seguir trabajando.

P. ¿No pone usted pegas a la gestión de la Xunta?

R. Es que en los últimos dos años Galicia ha empezado una transformación. Teníamos un gran potencial, pero estaba totalmente aletargado. El Gobierno de Fraga se había agotado en ideas y en propuestas de modernidad y, de hecho, las empresas gallegas estaban todas fuera cuando llegó el bipartito. Ahora estamos despertando: superamos ya la media nacional en creación de empleo y riqueza.

P. En el caso de Ourense, ¿no sigue siendo distinto? Los jóvenes siguen opositando para trabajar fuera de Galicia.

R. Tanto la Xunta como el Gobierno están haciendo grandes esfuerzos en la Galicia interior para acabar con las dos velocidades y ya empieza a apreciarse: Ourense pasó de estar en el furgón de cola de España a situarse entre las diez primeras provincias en inversión per cápita de España. Estoy convencida de que en poco tiempo no habrá diferencias entre la Galicia costera y la interior.

P. ¿Y el clientelismo?

R. Se combate saliendo de la economía subsidiada. Hace poco presenté en O Carballiño la ley de desarrollo para el rural con la implicación de otros ministerios, para dotarlo de lo que le falta. Hasta ahora no ha habido una política de Estado que frenara el éxodo, pero los estudios demuestran que la gente quiere vivir en el rural, aunque con los mismos servicios que en la ciudad. Y eso es lo que propone la ley. El rural gallego, y el de Ourense, pueden dar un salto cualitativo. La ganadería y la agricultura pueden ser la base en Ourense, pero ¿por qué tenemos que quedarnos en el rural con lo que menos valor añadido tiene?, ¿por qué quedarnos sólo cultivando las hortalizas?, ¿por qué no pasar a los transformados, precocinados, ultracongelados que demanda la sociedad o la potencialidad del biocombustible? Es que el PP no ha pensado en tantos años de gobierno en llevar, por ejemplo, el ADSL o la fibra óptica a los pueblos. De ahí es donde tenemos que salir. Eso es lo que genera el clientelismo y lo que el PP ha fomentado.

P. Las mayores críticas a su gestión en el ministerio las está recibiendo de los socios nacionalistas de la Xunta, referidas a la reforma de la Ley del Vino.

R. El BNG no ha querido o no ha sabido transmitir que la reforma de la OCM (Organización Común de Mercados) del vino es muy beneficiosa para el sector. No quisiera entrar en polémica, pero no hemos tenido una sola crítica del primer productor nacional, que es Castilla-La Mancha, que recibió la noticia con una fiesta, y la Federación Española del Vino nos ha felicitado. Así que una no entiende la postura del BNG en una polémica absolutamente irreal. Pero es más grave, porque sólo hablan de las Denominaciones de Origen y se han olvidado de que en Galicia también producimos vinos de la tierra, amparados por la UE, y no se han acordado de ellos. Me parece un desprecio. El BNG tiene un desconocimiento absoluto de lo que es una OCM. No me extraña que la critiquen porque no se la han leído.

P. En el caso del PP, la responsabilizan a usted de la subida de la cesta de la compra.

R. Pero esto es tener un desconocimiento total de lo que es la economía mundial, porque la cesta de la compra subió fundamentalmente por dos factores: el incremento del precio del petróleo, que no sólo afecta al tractor, y el de los fertilizantes. Y por una gran demanda mundial que ha provocado tensiones en los precios de los cereales o la leche. Y esto está sucediendo en España como en cualquier otro país europeo. El PP vivió una situación muy parecida, claro que ellos lo arreglaron con decretazos, congelando el sueldo a los funcionarios.

P. ¿Aspira a ser la puntilla al baltarismo en Ourense?

R. Creo que Baltar representa una derecha antigua, un modelo que ya caducó, y creo también que tendría que dar explicaciones públicas de por qué no quiso el desarrollo de la provincia para tenerla, a cambio, bajo su manejo. Pero esto es algo que tienen que ver los ciudadanos, incluso los votantes del PP, que deberían reclamar una derecha más democrática.

P. ¿Se refiere a Galicia?

R. A España en general. Es una derecha con unas connotaciones retrógradas y con una vuelta atrás en muchos aspectos. Lo vemos con la sanidad en Madrid, dándole la espalda a todos los avances en investigación que nos permiten morir con dignidad, o con la ley del aborto que tampoco están respetando. Esto no es una derecha civilizada ni el centro derecha que quieren evidenciar en las elecciones.

P. El BNG ha mostrado su disposición, con contrapartidas, a un pacto con Zapatero.

R. Sí, pero el BNG no tiene en cuenta que se pueden dar varios escenarios tras las elecciones del día 9. Primero, que nadie obtenga mayoría absoluta y se necesite pactar. Segundo, respetando la postura del BNG, en un contexto nacional hay otros partidos que también hay que tener presentes y de los que no se puede uno olvidar. No es lo mismo la clave gallega que el contexto nacional. El BNG debe tener en cuenta la interrelación con esos otros partidos que representan lo mismo que ellos aquí, pero en otras comunidades autónomas, y que también tendrán sus legítimos intereses que hay que respetar.

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