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Reportaje:ELECCIONES 2008 | El informe

La larga marcha en la lucha contra el terrorismo

El proceso de debilitamiento de ETA ha sido progresivo y por etapas

Luis R. Aizpeolea

"La lucha contra el terrorismo es larga y muy lenta porque es muy fácil engancharse con la violencia y casi imposible abandonarla". Fue uno de los consejos que el primer ministro británico, Tony Blair, dio al presidente José Luis Rodríguez Zapatero, durante el fallido proceso de final dialogado del terrorismo. La longevidad de ETA-48 años- se explica al nacer en la épica de la lucha contra la dictadura franquista y conectar con el sentimiento nacionalista, señala Ramón Jáuregui, ex vicelehendakari socialista del Gobierno vasco y asesor del Ejecutivo en el último proceso de paz.

Sin embargo, la situación de ETA hoy es la inversa a la de hace medio siglo, añade Jáuregui. Los peores años fueron 1978, con 66 muertos; 1979, con 76, y 1980, con 92, y tres bandas en activo: ETA militar; ETA político-militar y Comandos Autónomos. La cifra se reduce drásticamente a 4 muertos desde mayo de 2003 a hoy. ¿Por qué?

"El proceso de debilitamiento de ETA ha sido progresivo y empieza con el Pacto de Ajuria Enea, en enero de 1988", dice José Luis Zubizarreta, asesor del lehendakari José Antonio Ardanza, del PNV, impulsor del Pacto.

- Disolución de ETA-pm (Septiembre de 1982). Desde finales de los años setenta a los ochenta, el terrorismo de ETA alcanza su cumbre, con más de 400 asesinatos. "Desde esa etapa hasta entrados los años ochenta, ETA practica la espiral acción-represión. Cuenta con mucha infraestructura en Francia, donde reside su dirección, y con la complicidad del nacionalismo vasco que, en la etapa de Carlos Garaikoetxea como lehendakari (1980-84), vinculaba el fin del terrorismo a que el Estado concediera el derecho de autodeterminación. Y tiene enfrente a unos cuerpos de seguridad que vienen de la dictadura y actúan en una democracia sin consolidar", dice Jáuregui.

En medio de las sombras se produce un primer fogonazo de esperanza con la disolución de ETA p-m, en septiembre de 1982, poco antes de que Felipe González llegara a la Moncloa. "ETA p-m interiorizó la inutilidad del terrorismo y se plegó a su brazo político, Euskadiko Ezkerra, liderado por Juan María Bandrés y Mario Onaindia, que abogaban por su disolución, que fue su contrapartida a la voluntad de reinsertar a sus presos", señala Zubizarreta.

La disolución supone la desaparición de una de las tres bandas -se acogen a la reinserción unos 200 etarras- y el logro de un método para el final de ETA, el de paz por presos.

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- Pacto de Ajuria Enea (1988). Caída de Bidart (1992).

La continuidad del terrorismo de ETA, con el uso del coche-bomba, que genera atentados brutales como el de Hipercor en Barcelona -21 muertos en junio de 1987- o el del cuartel de la Guardia Civil de Zaragoza -10 muertos, incluidos cuatro niños, en diciembre de 1987- lleva a los partidos vascos a firmar en enero de 1988, por vez primera, un pacto contra ETA. "La unidad, en la que participó el nacionalismo democrático, deslegitimó a ETA e impulsó la movilización ciudadana contra ella", dice el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba. "El Pacto de Ajuria Enea entierra la tesis nacionalista de que el final de ETA dependía de que se cediera a sus reclamaciones", añade Zubizarreta.

Un año después, en 1989, ETA declara su primera tregua e inicia las conversaciones de Argel. "El Pacto de Ajuria Enea dio cobertura a Argel. Por eso introdujo el punto 10, que recoge la fórmula paz por presos, experimentada en la disolución de ETA-pm, dice Zubizarreta.

"Nos equivocamos. ETA militar no quería repetir la experiencia de ETA p-m y Argel fracasó", continúa el ex asesor de Ardanza. "Pero salió debilitada de la tregua. Perdió su relación con Argelia, que la expulsó, y Francia comprendió su intransigencia, lo que facilitó su colaboración posterior".

El Pacto de Ajuria Enea impulsa la colaboración ciudadana, la de Francia y la eficacia de las Fuerzas de Seguridad. El resultado es la caída de la cúpula de ETA en Bidart (Francia), en abril de 1992. "Es el mayor golpe que sufre ETA y empieza su decadencia militar", según Jáuregui.

- Pacto de Lizarra y segunda tregua (Septiembre de 1998)

. Los asesinatos de ETA se reducen en la década de los noventa a una media anual de 12. ETA está débil y busca una salida en el acercamiento a los partidos nacionalistas vascos y en 1998 suscribe un pacto, el de Lizarra,para avanzar hacia la soberanía y declara la segunda tregua.

El proceso fracasa y ETA rompe el alto el fuego en noviembre de 1999. "Este segundo proceso era imposible. El objetivo de ETA era la acumulación de fuerzas nacionalistas para desbordar al Estado y el PNV no pudo resistir cuando Batasuna le exigió que no se presentara a las elecciones", dice Zubizarreta.

"Pero, con esta decisión, ETA demuestra su propia debilidad. Dice que la tregua es una parte de la lucha, pero ésta responde, también, a la realidad de que con el terrorismo no logra nada", añade.

- Pacto Antiterrorista (Diciembre de 2000). Tras la ruptura de la tregua, ETA inicia una intensa campaña de asesinatos y regresa a las cotas del inicio de los noventa -46 asesinatos de 2000 a 2003-, dirigidos, ahora, a los partidos no nacionalistas.

"Aparentemente, esta etapa fue un retroceso porque ETA salió de la tregua fuerte operativamente. Pero la banda y su entorno quedaron políticamente debilitados. Por vez primera, se percibía de modo sensible el rechazo de parte de la izquierda abertzale al regreso de la violencia. La consecuencia fue la escisión de Aralar", señala Zubizarreta.

Ante la campaña de asesinatos, los dos principales partidos -el PP, en el Gobierno, y el PSOE- suscriben el Pacto Antiterrorista, del que surge la Ley de Partidos, que ilegaliza, por vez primera, en 2002, al brazo político de ETA, Batasuna. "El Pacto Antiterrorista nació en un momento especial. ETA había regresado al terrorismo con especial virulencia y el PNV salía de un pacto con ETA y Batasuna. El mensaje que se dirige a ETA es que no va a ganar porque el Estado está fuerte", dice Rubalcaba.

- Proceso de 2006. ETA declara en marzo de 2006 su última tregua, tras tres años sin asesinatos. Es el único grupo terrorista europeo, tras la retirada del IRA y la irrupción del terrorismo islamista. Y ofrece una salida nueva, basada en el Pacto de Ajuria Enea: el Gobierno resolverá el problema de los presos a cambio de la paz y serán los partidos los que decidan el futuro político con la reforma del Estatuto. Zapatero acepta el envite ante la nueva situación. Pero un golpe interno en ETA malogra el proceso y, en junio de 2007, rompe oficialmente la tregua.

"ETA ha salido mal de las treguas, pero de ésta, peor. Ha perdido su escaso apoyo exterior [irlandeses, sudafricanos]. El nacionalismo ha visto que no buscaba el fin dialogado y en la izquierda abertzale hay gran malestar", dice Rubalcaba. "ETA ha fracasado en casi todos sus atentados y el Estado se le ha echado encima, con el riesgo de dilapidar su patrimonio, la izquierda abertzale", dice Zubizarreta.

El PP, que actuó con el PSOE hasta el Pacto Antiterrorista, cree que el proceso ha sido un retroceso. La diferencia radica en que el PSOE quiere implicar al PNV en la lucha contra ETA y el PP, no. Jaime Mayor cree que "el Gobierno volverá a negociar con ETA tras las elecciones".

- Y ahora ¿qué? "ETA ha entrado en su etapa terminal. Tiene que interiorizar la derrota y dejar las armas para que sea posible un final de paz por presos", dice Zubizarreta. "ETA está derrotada políticamente, aunque intentará matar en su viaje a ninguna parte", dice Rubalcaba.

Tony Blair (derecha), con el líder del Sinn Fein, Gerry Adams.
Tony Blair (derecha), con el líder del Sinn Fein, Gerry Adams.REUTERS

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