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LA CALLE | Rutas
Columna
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El olor a vino

Los responsables catalanes del negocio del vino están estudiando un traslado de sus viñedos hacia tierras más altas, obedeciendo a los resultados científicos del cambio climático que se está produciendo en el planeta. Es una propuesta a corto o medio plazo, es decir, a 10, 20 o 30 años. Por el momento, en los años sucesivos de la era del estreno del AVE Madrid-Barcelona, los viñedos, por ejemplo de la comarca del Penedès, seguirán produciendo sus vinos y cavas de denominación de origen. Y es que, a medio camino entre la costa y el interior, la comarca del Alt Penedès ofrece a los visitantes tiernos paisajes y pueblos que se funden con el color de la tierra. Los omnipresentes viñedos nos recuerdan que nos encontramos en unas tierras donde la vida cotidiana gira alrededor de la producción del vino y del cava. Masías solitarias, bodegas centenarias y localidades vitícolas están impregnadas de ese olor a vino que imprime a la comarca un carácter especial. Y en medio de los viñedos y de las montañas que los rodean, el visitante puede observar las ruinas de los castillos y fortalezas de tiempos pasados. Un ejemplo es el castillo de Olèrdola, que dominó la llanura del Penedès durante siglos. Es en este marco apasionado, entre la historia y el vino, donde se desarrolla la ruta de la semana, una excursión que se realiza íntegramente por pistas y carreteras secundarias, itinerario ideal para recorrerlo a pie o en bicicleta.

A pocos kilómetros de Vilafranca del Penedès, la ruta comienza en la localidad de Sant Miquel d'Olerdòla. Yendo en dirección a Viladellops, pronto nos encontramos con pequeños muros de piedra que delimitan las terrazas de los antiguos viñedos, en la actualidad colonizados por los matorrales de anís y romero. Después de dejar la urbanización de Can Trabal, el caminante se adentra de nuevo en los viñedos. Pero es en Font Tallada donde el camino alcanza su máxima expresión. Ahí, el excursionista amante del vino puede valorar la arquitectura de esos delicados arbolitos cuya fruta es la materia prima de una de las maravillas del mundo: el vino. Es una ruta, ésta del vino, que tener en cuenta ahora. Si se tarda, por ejemplo, 20 años en hacerla, habrá que seguir un cursillo de escalada para visitar los viñedos de la era del cambio climático.

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