"No siento una presión especial"

Beverly Hills, Bel-Air o un barrio más cercano al pabellón Staples Center. Son algunas de las posibilidades que baraja Pau Gasol. El baloncestista español busca casa en Los Ángeles, aprende a moverse por las interminables carreteras por las que se extiende la ciudad y prepara su primer partido ante su público después de su vertiginoso fichaje por los Lakers y la agotadora gira que completó por seis ciudades.

"Es un poco extraño, pero estoy excitado y motivado por el traspaso y también por el hecho de jugar por primera vez ante mi nueva afición", dijo de carrerilla Gasol, que, después de haber disfrutado de algunos días de fiesta, volvió ayer a los entrenamientos en la cancha que los Lakers poseen a tal efecto, el Toyota Sports Center, y se convirtió en la estrella mediática del día por encima de Kobe Bryant, la gran figura, y Phil Jackson, el técnico.

"Las expectativas son muy altas y queremos demostrar que merecemos el título"

"De todos modos, tenemos una ventana de cuatro o cinco años para intentar ganarlo"

La expectación ante el primer partido de Gasol (esta noche: 4.30, Cuatro y Canal +), ante la hinchada que llena habitualmente las casi 19.000 localidades del único pabellón de la NBA que comparten dos equipos, los Lakers y los Clippers, crece a medida que se apagan los ecos del All Stars disputado en Nueva Orleans y pese a la atención que rodea la lesión que sufre Bryant en un dedo.

Parece seguro que Bryant no pasará de forma inminente por el quirófano, lo que le obligaría a estar de baja durante un mes y medio. Pero esa posibilidad se había convertido en la comidilla de una urbe que empieza los preparativos para la noche de los Oscars, fácilmente visibles en Hollywood Boulevard y su famoso Paseo de la Fama. "Seguro que no se va a operar en los próximos meses", desveló el propio Gasol; "es una lesión que le molesta, pero que no le va a impedir jugar".

Pese a que ayer era día festivo en Estados Unidos, pudo verse ya alguna que otra camiseta oro y púrpura con el número 16, la de Gasol, la del pívot que ha devuelto las mayores aspiraciones a un club que había vivido tiempos mucho mejores hasta que en 2002 obtuvo su último título.

Pau cambió el 1 de febrero los Grizzlies, un equipo que suma 14 victorias y 37 derrotas, por otro que acumula 35 y 17. En los seis partidos que ha disputado con los Lakers, cinco de ellos ganados, ha obtenido una media de 20,5 puntos y 8,3 rebotes con un 64,5% de acierto en los lanzamientos de pista. Hoy debuta en su nueva residencia frente a los Hawks de Atlanta.

"Jugar aquí, en Los Ángeles, siempre es especial, pero esta vez lo será más porque será en nuestra propia cancha, no en la ajena, y vistiendo además la camiseta amarilla. No siento una presión especial. Intentaré hacerlo lo mejor posible. Pienso que la presión será superior para todos cuando lleguen las eliminatorias finales", afirmó Gasol, recuperado de un constipado que arrastró durante los últimos días y bastante mejor de las molestias que sufre en la espalda.

En la atestada sala de prensa insistió en la sorpresa, el shock, que le causó su traspaso y dijo estar entusiasmado por la oportunidad de jugar en un equipo con las máximas aspiraciones. "Las expectativas son muy altas y queremos demostrar que las merecemos. Sin duda, ganar el anillo sería un gran sueño y ahora las posibilidades de conseguirlo son reales. Todos los equipos se refuerzan y la competencia será tremenda. Sí sé que con nuestro potencial tenemos una ventana de cuatro o cinco años para intentar ganarlo", dijo ante una nube de periodistas y cámaras de televisión.

El traspaso de Gasol ha provocado no pocos resquemores y dudas en la mayoría de los entrenadores y entendidos, que no se explican cómo ni porqué los Grizzlies le dejaron escapar por más que, como contrapartida, se hicieran con tres jugadores y con los derechos de otros tres, entre ellos los de su hermano Marc.

"Lo que hicieron los Grizzlies con Pau va más allá de la comprensión. Debería poder ser estudiado y sancionado por un comité como todas las transacciones que no tienen sentido", afirmó el técnico de los Spurs de San Antonio, Gregg Popovich.

La reacción del mercado ha sido espectacular porque se abrió la espita de las grandes transacciones que pueden cambiarlo todo, como la de O'Neal a los Suns, la de Marion a los Heat, la de Bibby a los Hawks o la última, a punto de ser concretada, la de Kidd a los Mavericks.